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Intríngulis el caso Cuauhtémoc Blanco

Por Héctor Parra - 28/03/2025

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

En el caso del diputado federal Cuauhtémoc Blanco, se requiere la carpeta de investigación iniciada por el Ministerio Público

 Intríngulis el caso Cuauhtémoc Blanco

En el ámbito jurídico, la palabra intríngulis se refiere a una dificultad o complicación inherente a una situación o cosa. También puede hacer referencia a una intención o razón oculta.

¿Qué fue lo que en realidad sucedió con el “perdón” otorgado, por mayoría de votos, por las y los diputados federales al presunto delincuente, el diputado federal Cuauhtémoc Blanco?

¿Fue verdaderamente un intríngulis o fue creado intencionalmente para evitar el desafuero del presunto delincuente y así impedir que fuera procesado por violación en grado de tentativa?

El pleno de las legislaturas, en este caso la federal, no solo legisla, también tiene atribuciones de naturaleza jurisdiccional, al constituirse en órgano de acusación y, en su caso, negar o conceder el trámite del desafuero para que el legislador quede sin la protección constitucional y sea tratado como cualquier otra u otro ciudadano.

Al dar trámite a un juicio político para “procesar la tramitología” administrativa que exigen las leyes internas de las legislaturas y entrar al estudio de la causa, sea para proponer o negar el desafuero, se requieren dos requisitos fundamentales:

  • Que exista la denuncia ante la legislatura para el inicio del trámite.

  • Que la solicitud o denuncia se acompañe de los elementos de juicio suficientes para su estudio.

En el caso del diputado federal Cuauhtémoc Blanco, se requiere la carpeta de investigación iniciada por el Ministerio Público —expediente certificado—, con las pruebas suficientes que hagan presunta la responsabilidad del inculpado y la existencia del delito que se le imputa.

Por ser de naturaleza penal la acusación, se denomina juicio de procedencia por responsabilidad penal, aunque se le haya manipulado como simple desafuero. Situación legal que nadie comentó ni planteó. Todo lo relacionaron, insisto, con el “simple desafuero”.

Pero ¿cuál era el propósito o el objetivo del trámite? Simple: que el Ministerio Público pudiera ejercitar la acción penal en su contra y, posteriormente, que el juez de la causa diera trámite a la petición ministerial e iniciara el procedimiento, ya sea ordenando la aprehensión o una simple comparecencia, o bien, negando la petición del Ministerio Público.

En el caso de Cuauhtémoc Blanco, por la naturaleza del delito que le imputa la ofendida, necesariamente se debía librar una orden de aprehensión por violación en grado de tentativa.

Asunto jurídico de naturaleza penal en manos de políticos ignorantes del derecho, con intereses ajenos a la víctima; más bien, subordinado a fuerzas políticas de los partidos.

Recordemos que todos los partidos políticos promueven la desaparición del fuero. Sí, pero nadie lo ha tramitado; no les conviene, hay muchos delincuentes tras los cargos de elección popular.

Algunos legisladores afirmaron que la carpeta de investigación estaba mal integrada y era deficiente, que era mejor regresarla a la Comisión Instructora para complementarla adecuadamente. ¿Qué? Sí. Las y los diputados de la Comisión Instructora carecen de facultades para complementar una investigación. La justificación de quienes votaron en contra del desafuero fue falsa.

No era necesaria esa postura, bastaba con la simple presunción de responsabilidad penal y la existencia del ilícito para su procedencia, no la plena responsabilidad. Entonces, debieron proponer el desafuero y votar favorablemente por la procedencia de responsabilidad penal, en lugar de intentar que se regresara a la Comisión para una mayor complementación.

¿Ignorancia o mala fe? ¡Vaya amañada decisión política! Simplemente protegieron al presunto delincuente.

Ahora bien, otras y otros diputados simplemente votaron por la improcedencia del desafuero, en franco respaldo al presunto delincuente y compañero de bancada. Incluso diputadas morenistas estuvieron a favor de él y en contra de la víctima, entiéndase: una mujer que denunció el intento de violación del hoy legislador, cuando era gobernador de Morelos.

Cuauhtémoc Blanco logró un descarado y cínico respaldo político.

Luego vendrían violaciones al procedimiento legislativo y jurídico, como el hecho de que el legislador imputado haya hecho uso del micrófono con la anuencia de la presidencia. Él era el imputado, por lo tanto, no debieron darle el uso de la palabra. Cuauhtémoc Blanco argumentaría que “con gusto” acudiría al Ministerio Público a declarar.

El diputado, con fuero federal, no puede ser procesado ni involucrado en la investigación penal, pues está protegido constitucional y legalmente. Habría violación al procedimiento. ¿Cómo para qué iría a declarar el legislador?

Simple distracción para evitar que fuese desaforado y, consecuentemente, que le retiraran el fuero. En ese momento, se ordenaría su detención y puesta a disposición de la autoridad judicial. La patraña de Blanco.

En conclusión, de las tres posibilidades jurídicas que manejaron en el pleno de la Cámara de Diputados, la mayoría decidió librar a Cuauhtémoc Blanco de ser enjuiciado penalmente. La solicitud o denuncia no se regresó a la Comisión, tampoco resultó procedente la causa por responsabilidad penal que lo hubiese llevado al desafuero y, ya sin protección, a disposición de las autoridades como cualquier mexicana o mexicano, sin el amparo político para delinquir.

El intríngulis legal, suciamente manipulado por la política. Liberaron al presunto delincuente para que no fuese procesado penalmente.

¿Y la víctima? Que se aguante. Seguirá indefensa ante la ley y las autoridades morenistas.

¡Ah!, pero la presidenta Sheinbaum tenía que entrometerse desde la mañanera, al involucrar al dirigente del PRI, Alejandro Moreno, también legislador. Sugirió que tanto él como Blanco sean investigados. Por muy delincuente que sea este último, no hay denuncia en su contra. La presidenta tenía que defender a quien forma parte de su equipo morenista.

Héctor Parra


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