El talón de Aquiles de Querétaro en el Índice de Paz

Hola a todas las personas que leen esta columna #Cuidadanía. Les cuento que el pasado 6 de junio de 2024, Carlos Juárez de la organización civil Instituto de Economía y la Paz, presentó en el auditorio Fernando Díaz Ramírez de la UAQ, los datos más sobresalientes del informe “Identificación y medición de los factores que impulsan la Paz: Índice de Paz México 2024”. Siendo esta la undécima edición del índice de Paz México (IEP).

El informe del índice de Paz en México 2024, mostró que continúa reconfigurándose por la continua disminución del mercado de marihuana y heroína ilícitas en los Estados Unidos, y la creciente dependencia de los grupos delictivos en actividades como la extorsión y el narcomenudeo a nivel nacional, así como la fabricación y el tráfico del opioide sintético fentanilo.

Pese a pequeñas mejoras en el índice de homicidios, estos siguen siendo generalizados en México, con más de 30,000 víctimas cada año desde 2018, sustancialmente más que en 2015, cuando hubo menos de 18,500 víctimas.

El indicador del miedo a la violencia también registró una mejora notable el año pasado. En 2023, el 74.6% del país percibió el estado en el que residían como inseguro, una mejora del 1.7% en comparación con 2022. En los últimos nueve años, las percepciones nacionales de inseguridad generalmente han ido a la par de los niveles generales de violencia en el país.

A pesar de las mejoras en los últimos cuatro años, México fue sustancialmente menos pacífico en 2023 que en 2015. Durante ese periodo, la paz en México se ha deteriorado un 14.4%, con muchos indicadores de delincuencia significativamente más altos que hace nueve años. La tasa de homicidios, por ejemplo, fue 54.1% más alta en 2023 que en 2015, mientras que la tasa de delitos cometidos con armas de fuego fue 63.8% más alta.

El deterioro de México en cuanto a Paz Positiva desde 2013 ha sido impulsado principalmente por deterioros en cuatro Pilares de Paz Positiva: buen funcionamiento del gobierno, bajos niveles de corrupción, altos niveles de capital humano y entorno empresarial sólido. El Índice de Paz Positiva de México (IPPM), una medida subnacional de Paz Positiva, muestra además que un buen funcionamiento del gobierno y los bajos niveles de corrupción fueron los pilares con mayores niveles de correlación con los niveles de paz de los estados.

Desde el año 2010, se han reportado más de 95,000 casos de personas extraviadas y desaparecidas en México. El año pasado se produjo el mayor número de casos registrados, con más de 12,000 denuncias de personas desaparecidas. Históricamente, se ha reportado la desaparición de más hombres que mujeres, pero en los últimos años una proporción cada vez mayor de personas desaparecidas han sido mujeres, con un récord del 29.1% del total en 2023.

La conclusión a nivel nacional fue: Tan solo combatir los factores que impulsan la violencia no es suficiente para mantener la paz. Mejorar los niveles de paz en México requiere estrategias más amplias que incluyan abordar la corrupción y crear instituciones eficaces en las que la población confíe. Para abordar la violencia sistémica, se necesita un marco holístico de seguridad pública y construcción de la paz.

En el caso específico de Querétaro:
• El Estado tiene la 6ª tasa más baja de homicidios, con 8.5 casos por cada 100 mil habitantes.
• En agresión sexual, registró la 7ª tasa más alta a nivel nacional. Este indicador ha empeorado 206% en los últimos 8 años.
• En violencia familiar, el lugar 20 de 32 entidades. La tasa se ha incrementado 565% en los últimos 8 años y 23% en el último año.
• En 2023, el 54.5% de la población de Querétaro dijo sentirse insegura y tener miedo a la violencia.

Como vemos, el gran talón de Aquiles en cuanto a violencias en Querétaro son la Violencia de género (agresión sexual a mujeres, niños, niñas y adolescentes y población LGBTIQ+) y la violencia familiar que afecta a los mismos grupos.

Por lo tanto, la gran conclusión es que, en el caso específico de Querétaro, la violencia no está mayoritariamente en las calles, donde se pueda ver con cámaras de alta tecnología o se combata con policías, sino dentro de los hogares, de las escuelas y de las familias, donde pasa muchas veces invisibilizada.

Por lo que es necesario dedicar más presupuesto a programas de prevención y tratamiento de violencias, en pocas palabras, crear espacios seguros y comunitarios fuera de los hogares, ya que en Querétaro muchos de nuestros hogares ya no son seguros y se han vuelto un infierno para muchas mujeres, niñas, niños, adolescentes y personas LGBTIQA+.