El simulacro
Todo indica que será una odisea votar en los probables comicios para juzgadores. Días atrás, con la ayuda de algunos amigos, realice un simulacro relacionado […]
Todo indica que será una odisea votar en los probables comicios para juzgadores. Días atrás, con la ayuda de algunos amigos, realice un simulacro relacionado con tan controvertido proceso.
En el ejercicio solo medimos el tiempo que tardan las personas en llenar las boletas. Hay que recordar que el ciudadano tendrá que anotar los candidatos de su preferencia y no cruzar emblemas. Por cierto, en las boletas se encontrarán impresos los nombres de los aspirantes, imagine usted el tamaño de la letra. El cronómetro marcó más de cuatro horas desde el instante en el cual el elector recibe las papeletas hasta el momento que deposita en la urna la última de ellas.
Si agregamos los tiempos de espera en la fila y los procesos de escrutinio y cómputo, la jornada puede durar varios días. Hasta ahora nadie ha rebatido el resultado del simulacro.
A “matacaballo” se preparan las leyes secundarias, y de la misma manera los órganos electorales deberán organizar los controvertidos comicios. Todo sin presupuesto y menos con una idea clara de cómo instrumentar la encomienda constitucional.
La reforma ordena la elección de los juzgadores federales y locales. Para imaginar el reto, tomamos el ejemplo de la Ciudad de México, en donde los electores recibirán 25 boletas, para seleccionar 650 nombres de entre más de 4 mil aspirantes.
En las entidades hay desconcierto; como se hizo costumbre, el país avanza hacia un estado unitario y no federal. Desde el poder central se interfiere en la organización interna de las entidades y se ningunea su soberanía. A sus menguados presupuestos se les tendrá que colgar la organización de una elección que no pidieron y que no va a contribuir a mejorar la justicia.
Somos un país con una fuerte capacidad económica y una larga tradición jurídica. Es increíble que ni el gobierno ni la mayoría llevarán a cabo un simulacro o testeo para acomodar la norma a lo que pretendían. Peor aún, lo que debería colocarse en leyes secundarias, reglamentos o circulares, se incluyó en el texto constitucional.
Es innegable que México merece paz y justicia. Lo que se votó por Morena y sus aliados no servirá para aliviar los problemas que se tienen. Por el contrario, se tiran por la borda treinta años de transformación del poder judicial. Todo sazonado por una narrativa llena de falacias que desconoce avances y promete fantasías que nunca se van a realizar. Una narrativa perversa que descalifica al generalizar y engaña con ejemplos a modo.
P.S. Un diputado de la mayoría recibió enviados del crimen organizado: le entregaron una lista de “recomendados” para ser candidatos a juzgadores. Al respecto, recordemos que la tercera parte de los aspirantes saldrán del legislativo.
Rubén Moreira Valdez
Diputado federal por el PRI desde el 2018, es un político de Coahuila, que ha desempeñado distintos cargos en los tres órdenes de gobierno. Fue gobernador de su estado, y actualmente es Secretario General del CEN del PRI nacional y coordinador de su bancada en la Cámara de Diputados. Cuenta con un posgrado en Política y Gestión Educativa en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en México y una maestría en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma del Noreste, así como un posgrado en la Universidad del Valle de Atemajac; el Centro de Estudios Carbonell; el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey; la Universidad Iberoamericana y la Universidad de Salamanca