Ambiciones, deslealtades y traiciones entre morenistas

Las pugnas internas en Morena han quedado al descubierto. Claudia Sheinbaum no tiene el control en el Congreso ni en su partido. Traiciones y ambiciones ponen en riesgo su autoridad mientras Monreal y otros morenistas aseguran sus propios intereses

Foto: Archivo
Una vez más, al descubierto las traiciones y ambiciones entre morenistas. Muchos que no son leales a la presidenta Claudia Sheinbaum le juegan en contra, como Ricardo Monreal Ávila, acostumbrado a servirse y ser servil al poder.
Primero, se coludieron los morenistas en el Senado de la República con sus aliados para bloquear la entrada en vigor de la reforma propuesta por la presidenta para “controlar” las reelecciones, así como el amado y practicado nepotismo entre los políticos morenistas de la cúpula.
La traición la encabezó el coordinador de la bancada morenista en el Senado, Adán Augusto López. Este acordó con el coordinador del Verde Ecologista que, si bien pasaría la iniciativa de la presidenta, no entraría en vigor en 2027, como era la propuesta; difirieron el año hasta el 2030. Esta vez sí le movieron la “coma y la fecha”, olvidándose de las exigencias que imponía AMLO cuando amenazaba a los legisladores y les advertía que no le movieran ni una “coma” a sus iniciativas, a pesar de errores y faltas. Con Sheinbaum es muy distinto, a ella no la respetan.
Luego, pasaría la iniciativa con proyecto de Decreto a la Cámara de Diputados. Todo parecía transitar de forma normal en la tramitología. Por unanimidad, las bancadas legislativas aprobarían y terminaron aprobando la minuta del Senado. Todo bajo la pueril coordinación de Ricardo Monreal. No quiso y no le interesó respetar la iniciativa de la presidenta, su presidenta, así que, por conveniencia propia, avalaron lo aprobado por Adán Augusto López.
Cuando todo parecía haber quedado en el pasado, incluso a pesar de la molestia manifiesta de Claudia Sheinbaum Pardo, surge una información que pretendió desmentir Ricardo Monreal y que un video desmiente al mañoso político.
Trascendió que la diputada federal y vicecoordinadora de Morena, Gabriela Jiménez, había llegado a un acuerdo con el también diputado y panista Federico Döring Casar para no aprobar la minuta del Senado en sus términos y respaldar la iniciativa de la presidenta Sheinbaum. Que Gabriela, la vicecoordinadora, tenía como 100 diputados morenistas de su lado para ello. El acuerdo consistía en que entrara en vigor en 2027 la prohibición del nepotismo y las reelecciones continuas, y no hasta 2030, como lo aprobó el Senado y lo respaldó Monreal.
Ahora bien, el tema había sido comentado por el falaz Ricardo Monreal en una reunión previa con legisladores de su bancada; mas luego negó que él tuviera conocimiento de ello. Hasta que un periodista lo desmintió abiertamente. La desfachatez del político no tuvo recato alguno en mentir. El servil lacayo de AMLO tuvo que reconocer, con singular desvergüenza, su mitomanía compulsiva.
Curiosamente, la iniciativa de la presidenta afecta a muchos morenistas acostumbrados al nepotismo, quienes además son felices con las reelecciones. Monreal tiene a muchos familiares en la nómina electoral y administrativa; la señora presidenta de Morena, lo mismo; doña Ernestina Godoy, otro tanto, y muchos otros morenistas en las mismas condiciones.
Así que es fácil entender por qué los legisladores le movieron la fecha de entrada en vigor a la presidenta. Ello les permitirá reelegirse en las elecciones intermedias y ampliar o conservar, al menos, a la familia en la nómina gubernamental.
Quien a fin de cuentas perdió la reyerta política fue la misma presidenta Claudia Sheinbaum. Una clara muestra de la falta de control con la familia política que le dejó su antecesor. La presidenta carece de la fuerza política de la cual abusaba AMLO en su beneficio.
A todo ello, la idea fundamental que se dejó traslucir con nítida claridad, de la vicecoordinadora de Morena, Gabriela Jiménez, y el panista Döring, era cerrar la puerta al nepotismo y despotismo de AMLO, quien proyectó la sucesión de su hijo para la candidatura a la presidencia de la República en 2030. Al final, limaron asperezas los morenistas.
La clara intención de la y el diputado federal era cerrar la puerta a la continuidad de los López en el poder; evitar que Andrés López sea el candidato en 2030. Lo cual, por supuesto, logró impedir Ricardo Monreal en su propio beneficio. López junior seguirá en el juego, tiene el control de Morena, donde lo dejó el papá. Y conste que AMLO le cerró la puerta a la candidatura a la CDMX y posteriormente a la Presidencia de la República; sin embargo, dejó a Monreal para seguir usufructuando el poder, aunque no en la cúpula. Ahora parece que deberá trabajar para la sucesión de otro López.
Conclusión. Los morenistas dejaron en claro que, por lo pronto, la presidenta Claudia Sheinbaum no tiene el control en ninguna de las Cámaras legislativas ni en el partido de los López. Las deslealtades, traiciones y ambiciones están a flor de piel.