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¿Quién protege a la Estancia del Migrante González y Martínez?

Por Staff Códice Informativo - 29/08/2017

La organización defensora de los Derechos Humanos es una de las más serias y reconocidas en Querétaro, y nuevamente denuncia agresiones de agentes estatales y privados contra los migrantes centroamericanos que pasan por Tequisquiapan y sus defensores

 ¿Quién protege a la Estancia del Migrante González y Martínez?

Las agresiones recibidas por los activistas de la Estancia del Migrante González y Martínez (EMGM) por parte de agentes estatales y privados, en Tequisquiapan, son un problema al que no se le ha prestado la atención debida, sobre todo en un contexto internacional de crispación contra quien por motivos humanitarios decide partir de su lugar de origen, en búsqueda de mejores oportunidades.

El discurso que ha puesto de moda Donald Trump tiene a México especialmente preocupado por sus connacionales en tierras estadounidenses. El alcalde de Houston Sylvester Turner tuvo que declarar, hace unas horas, que no habrán represalias contra migrantes indocumentados que pidan auxilio tras el catastrófico paso del huracán Harvey por Texas. “Los defenderé yo mismo” aseguró en caso de que se trate de deportar a alguno en medio de una las peores crisis humanitarias que haya vivido la zona en su historia.

En Europa, los ataques terroristas en las principales ciudades siguen enardeciendo el discurso proteccionista y ser musulmán es cada vez más complejo en un sociedad recelosa que ya no se siente a salvo y que empieza a aceptar la premisa de que rechazando a los diferentes podrá garantizar la permanencia de su estilo de vida.

Mientras eso sucede, en Tequisquiapan la EMGM, que dirige Martín Martínez, uno de los activistas por los Derechos Humanos más respetados en Querétaro, quien fue reconocido con la Medalla de Honor Nelson Mandela del Poder Legislativo y quien ha participado en ponencias nacionales e internacionales sobre trabajo con migrantes, las agresiones contra los defensores y los migrantes siguen a la orden del día. 

La EMGM está fuertemente vinculada y respaldada por organizaciones nacionales e internacionales, y el pasado lunes invitó a medios de comunicación nacionales para poner el dedo en el renglón, una vez más, sobre estas agresiones. La rueda de prensa se realizó en la Ciudad de México y en ella se alertó que además de Querétaro, la problemática se está viviendo de manera especial en Tabasco, contra la organización La 72, que también trabaja con migrantes.

En 2016, la EMGM levantó la voz por una agresión con arma de fuego que sufrieron sus activistas el 26 de abril por personal de seguridad privada contratado por Ferromex, la empresa ferroviaria que tiene el control de las vías en la zona en la que se encuentran las instalaciones de la EMGM, que de hecho ha mantenido por años un pleito con la empresa para mantenerse allí ejerciendo su labor humanitaria, pues en más de un ocasión Ferromex ha amagado con retirarlos.

Para entonces, la EMGM ya era parte del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de la Secretaría de Gobernación, que considera que la organización se encuentra en una gran vulnerabilidad.

Es importante que las autoridades municipales, estatal y federal atiendan con prontitud las peticiones de la EMGM, una de las organizaciones de protección de Derechos Humanos más serias de Querétaro, y que realiza una de las labores más sentidas y necesitadas de nuestros tiempos: la atención a los migrantes indocumentados que arriesgan sus vidas todos los días para huir de la pobreza, la violencia y la marginación.

A la EMGM ya le fallaron una vez. A finales de la administración municipal de Francisco Domínguez Servién, en 2012, la organización recibió una donación de un predio en las inmediaciones de Santa María Magdalena para construir un centro de atención al migrante en la capital queretana. El proyecto, que tenía el apoyo de diversos donantes, pretendía ser además un espacio comunitario al que la administración de Roberto Loyola no le dio seguimiento. Pese a la donación, la entrega nunca se hizo válida y el proyecto murió. La administración de Marcos Aguilar y la estatal de Francisco Domínguez, a partir de 2015, tampoco se volvieron a acordar.

Tal vez sea buen momento para voltear a ver el trabajo que hacen estos activistas en Tequisquiapan para proteger a lo miles de migrantes que viajan desde Centroamérica buscando el sueño americano, y que su labor tenga el respaldo institucional para, cuando menos, garantizar su propia seguridad. La migración es uno de los grandes problemas de nuestros tiempos y Querétaro no está exento.


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