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Los priistas que quedan vivos para el periodo 2015-2021

Por Staff Códice Informativo - 16/06/2015

El escenario se resetea y la cantidad de priistas capaces de ser candidatos en el futuro próximo, se redujo de forma importante

 Los priistas que quedan vivos para el periodo 2015-2021

Después de la tormenta, viene la calma. Al menos para los sobrevivientes. En el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Querétaro no todos cayeron es desgracia el 7 de junio pasado, con su peor derrota electoral en la historia local. Algunos, de hecho, podrían hasta dar gracias porque sus caminos se abren de par en par hacia el futuro político de la entidad. Esto son los priistas sobrevivientes de la debacle:

 

Braulio Guerra Urbiola:

El futuro de Braulio Guerra Urbiola, prometedor incluso si Roberto Loyola Vera hubiese ganado la gubernatura de Querétaro, es aún más brillante por una sencilla de razón: se le despeja su ruta. Hijo de Braulio Guerra Malo, quien fuera presidente municipal de Querétaro, el priismo corre por las venas del aún diputado local hasta en los momentos más oscuros.

Casi con seguridad será diputado federal, lo que le permitirá añadir más puntos a su capital político, bien construido como indiscutible líder de la LVII Legislatura de Querétaro. Naturalmente, Guerra Urbiola debería aspirar en 2018 al Senado de la República, a donde podría llegar hasta en primera minoría (es decir, perdiendo, como José Calzada) y en 2021 entrar nuevamente en la competencia por la candidatura a la gubernatura de Querétaro.

Su ventaja es que existen ahora mismo muy pocos perfiles priistas para aspirar a los importantes cargos de elección popular que en el futuro próximo se estarán ofertando, y él puede ahora transitar sin mayor competencia interna.

 

Jesús Rodríguez:

Su habilidad política le permite saber cuándo estar para la foto, y cuándo guardarse en el ostracismo. Aspiró a la candidatura a gobernador, no fue designado, apoyó en los primeros días a Roberto Loyola, y después no volvió a aparecerse más. Ahora, con la mayoría de barcos hundidos, saldrá a navegar aguas tranquilas y poco transitadas para reconstruir el priismo queretano y de paso, irse dibujando el camino a su ansiada candidatura a la gubernatura del estado.

Tiene seis años por delante, pero por lo pronto, empieza en cierta desventaja, pues arranca sin cargo público que le ayude a tener exposición. Quiere la presidencia estatal de su partido, un buen espacio para construir una oposición de contrastes, pero debería buscar en 2018 un cargo público que le dé foro. El mismo Senado o hasta una diputación federal le vendrían muy bien.

 

Hugo Cabrera Ruiz:

Ganó, aunque no muy holgado, su Distrito 01 federal. En 2012 perdió esa oportunidad por equidad de género, y pasó tres años en la Sedatu. Ya encontró fortuna y éxito, y las condiciones para sacarle el mayor provecho posible.

Puede reelegirse en 2018 y mantenerse activo hasta 2021. Tiene el estigma de ser priista de provincia, lo que le quita peso en una hipotética carrera rumbo a la gubernatura, pero si alguna vez Hugo Cabrera ha soñado con ser gobernador de Querétaro, este es el mejor momento para buscarlo. Tiene que seguir la carrera de un tal Enrique Burgos, quien muchos años después de ser alcalde de San Juan del Río, pudo ser gobernador del estado. Hugo Cabrera ya fue alcalde de Colón.

Y si aspirar a ser candidato a la gubernatura es demasiado, puede trabajar su Distrito 01 una y otra vez, y reelegirse como ahora lo permite la ley hasta en tres ocasiones. Podría ser diputado federal hasta 2024, que tampoco está nada mal.

 

Mauricio Ortiz Proal:

A pesar de que cargará en un principio con el estigma de la derrota, lo cierto es que como diputado local y presumiblemente líder de la bancada priista podrá sacudirse pronto el polvo y cambiar el guión de la historia. Ricardo Anaya fue coordinador de campaña de Manuel González Valle cuando perdió contra José Calzada. De ahí se convirtió en diputado local, líder de su bancada, posteriormente fue llamado a una subsecretaría federal, se hizo espacio para ser diputado federal, y después, una meteórica carrera que todos conocen hasta llegar a ser hoy aspirante a la dirigencia nacional de su partido. Así que no todo está perdido para Ortiz Proal.

Será la punta de lanza de la oposición en Querétaro. Si construye un buen discurso de contraste, puede ir haciendo un buen capital político que le ayude a él y su partido en 2018. Debería aspirar a la candidatura a la presidencia municipal de Querétaro, y de lograr el triunfo, se abriría el abanico en su favor.

 

María Alemán:

Muy joven, menuda y atractiva, María Alemán se ha colado entre tiburones en el mundo de la política, hasta ahora con éxito. Fue regidora del Ayuntamiento de Querétaro con Roberto Loyola, y entró con mucho ruido cuando tuvo la encomienda de dar el discurso de entrada, en contraposición de Armando Rivera Castillejos, demostrando buena oratoria y carácter político.

Ahora es una de las tres diputadas que ganó un distrito de mayoría relativa para el PRI, el más importante sin duda: el Distrito II.

Podría ser representante de ese “nuevo PRI” del que se ha hablado en los últimos años, pues es la única entre los sobrevivientes priistas que podría considerarse nueva en el mundo de la política.

Tiene como ventaja el tiempo, por su juventud, por lo que si trabaja con seriedad, altura de miras y mucha paciencia, podría agenciarse buena experiencia legislativa, aprovechando la reelección en 2018, y cuando esté lista buscar dar el salto tal vez a una diputación federal. Es muy pronto para pensar en la presidencia municipal o en la gubernatura, pero es una priista con un verdadero aura de renovación que vale la pena cuidar a largo plazo.

 

Mario Calzada:

Era de los candidatos de los que menos se esperaba y terminó ganando la presidencia municipal de El Marqués. Pero no solo eso, ante la debacle electoral del PRI, El Marqués terminó quedando como el único reducto priista en la zona metropolitana, lo cual puede darle a Mario Calzada, si lo sabe aprovechar, una estirpe de líder priista que cobijó a los suyos en tiempos de escasez.

Proviene de una familia incontrovertiblemente priista y de profundas raíces políticas, pues es nada más y nada menos que primo del actual gobernador José Calzada. Si bien Miguel, su hermano, era quien más actividad política había tenido, ahora por azares del destino le queda la mesa servida a Mario, quien tendrá que probar su inteligencia para hacer de su cargo en El Marqués un espacio que lo extrapole políticamente.

En 2018 tiene varias opciones; si elige ser conservador, podría buscar la reelección y quedarse en El Marqués hasta 2021, donde podría buscar una diputación federal, o cuando menos una local, que lo mantenga a flote. Si quiere ser atrevido, deberá dejar la comodidad de El Marqués y buscar una diputación federal que le permita ampliar su área de influencia, y aprovechando su credencial Calzada, postularse como un aspirante a la gubernatura del estado.

 

Ana Bertha Silva:

Le hizo ruido a Manuel Pozo y consiguió una regiduría plurinominal. Ahora Pozo está fuera de circulación y ella será, seguramente, la lideresa de la oposición en el Ayuntamiento que presidirá Marcos Aguilar.

Su experiencia política es basta, tras haber dirigido a su partido a nivel estatal en Querétaro y en Guanajuato. Tiene relaciones nacionales, colmillo político, y es mujer, hoy en día una condición que beneficia ante la falta de perfiles femeninos y la exigencia de que ocupen espacios.

Aunque no podría ser candidata a presidente municipal, sí podría buscar una diputación federal que le permita seguir trabajando rumbo a 2021. Ahí, presidencia municipal o gubernatura serían candidaturas que seguramente no despreciaría.

Ahora, como regidora de oposición, tiene oportunidad de pasar de ser una importante priista internamente, a una reconocida política a nivel externo. Está en ella.

 

Francisco “Chicovel” Alcocer:

Estuvo siempre presente en los últimos años con aspirantes y candidatos priistas a diversos puestos de elección popular. En su calidad de delegado regional del CEN del PRI, hasta tuvo espacios importantes en prensa, por lo que ya tiene algo de trabajo adelantado. Buscó ser diputado federal, pero quedó como regidor plurinominal, un espacio nada despreciable si se considera, por ejemplo, que los panistas Armando Rivera, Gerardo Cuanalo y Lupita Murguía pasaron en tres años del Ayuntamiento a la Legislatura federal.

Una historia similar buscará “Chicovel”, quien además tiene de su lado las buenas relaciones que a nivel nacional pudo construir trabajando en el partido.

 

Enrique González:

Será regidor de oposición, y su caso es muy similar al de los dos nombres anteriores. Ya fue diputado local, delegado federal del Infonavit, y con eso puede aspirar a seguir encarrerado políticamente. Además es cuñado de Mariano Palacios Alcocer, una relación nada despreciable cuando se trata de reconfigurar el priismo en Querétaro.

Debe hacerse un nombre dentro del Ayuntamiento de Querétaro y con ello agarrar vuelo para una diputación, ya sea local o federal, y ver hasta dónde llega. Las candidaturas estarán más a su alcance en los próximos seis años.

 

Gerardo Vázquez Mellado Zolezzi:

Entre los delegados federales quedan varios priistas con buenas oportunidades para su futuro político, y Gerardo Vázquez Mellado es uno de ellos.

Por ahora mantiene la cartera de la delegación de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS). Se movió mucho para conseguir una candidatura a diputado federal, pero para su fortuna, no la obtuvo. Ahora tiene más espacio para trabajar en su construcción como candidato, con pocos contendientes, y mucho que ganar. Para él, todo sería ganancia, desde una diputación local, hasta la ansiada diputación federal, y por qué no, aspirar a la presidencia municipal de Querétaro. Le quedan tres años de gracia, porque en 2018, pase lo que pase en las elecciones presidenciales, seguramente tendrá que entregar la cartera federal que hoy ocupa.

 

Ernesto Luque Hudson:

Otro de los aspirantes a la presidencia municipal de Querétaro, pero que ante la derrota de Manuel Pozo siguen de pie.

Ernesto Luque Hudson es delegado del IMSS, miembro de una familia políticamente portentosa en Querétaro, pues su padre fue diputado y senador, y su abuelo fue gobernador. Además, tiene una relación familiar crucial: es sobrino político de Emilio Gamboa Patrón.

Hace unos meses coqueteó con la posibilidad de ser candidato, y durante algunas semanas parecía incluso tener la valoración positiva del primer priista del estado, pero al final la decisión se mantuvo en Pozo. Fue lo mejor para él, pues sin el desgaste de una derrota, ahora tiene la posibilidad de trabajar en su futuro.

Podría regresar por sus fueros y pedir la candidatura a la presidencia municipal en 2018, o buscar una diputación federal. Al menos, una diputación local lo mantendría activo rumbo a 2021. Debe aprovechar para crecer gracias a sus padrinos políticos y la poca competencia con la que cuenta. 

 

Jaime García Alcocer:

Tiene experiencia, estirpe priista y conocimiento político. Es delegado de la Secretaría de Educación Pública (SEP), pero ha sido entre otras cosas, diputado local. Es de esos priistas que no pasan de moda, ni en la victoria, ni en la derrota. Ahora que se adelgazará el partido y disminuirá el número de suspirantes, Jaime García podría pedir su ansiada candidatura al Distrito 03 federal, esa que le quitaron en 2012 por equidad de género. Si aprovecha el momento, puede quedar vivo después de 2018 y seguir fraguándose espacios políticos ante la escasez.

 

Reginaldo Rivera de la Torre:

Reginaldo Rivera fue de las pocas voces que en 2012, en la cúspide del sexenio de José Calzada, se levantó. Era diputado federal por el Distrito 04 y quería la candidatura a la presidencia municipal de El Marqués. No fue ungido por el primer priista del estado, pero de todas maneras se inscribió en la contienda. Fue el único precandidato que rechazó la unidad. Tuvo sus costos.

Se fue a Puebla exiliado a cumplir con una encomienda partidista. Pero tiempo después, y toda vez que obtuvo la razón tras la victoria del panista Enrique Vega Carriles, regresó para ocupar la delegación de la Procuraduría Agraria. Ahí trabaja sin hacer mucho ruido, y es un priista que sabe operar como oposición.

En 2018 tiene varias opciones: desde hacerle sombra a la muy probable reelección de Mario Calzada, que no le conviene, hasta volver a competir por su Distrito 04 federal, o incluso, buscar el Distrito XII local, que hoy es del PAN. Todas las opciones le abren las puertas para que en 2021, como muy tarde, sea el candidato a la presidencia municipal de El Marqués.


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