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Los errores del PRI que nadie quiere reconocer

Por Staff Códice Informativo - 22/06/2015

En el PRI de Querétaro nadie quiere señalar culpables

 Los errores del PRI que nadie quiere reconocer

Pese a que han pasado 14 días luego de la derrota del PRI en Querétaro en las elecciones locales, en el partido tricolor nadie se ha sentado en grupo a analizar las dimensiones ni los motivos de la derrota.

Nadie quiere señalar culpables.

Lo cierto es que desde el punto de vista social, fueron varios los factores que hicieron que el Revolucionario Institucional haya sido derrotado.

Desde las 2:00 de la tarde el candidato a gobernador sabía que iba a perder y en cuatro horas quisieron operar lo que no operaron en toda la campaña: conseguir los votos que necesitaban de última hora. Las llamadas fluyeron, las exigencias desde el centro de trabajo a los operadores políticos fueron, incluso, en tonos altisonantes. Comenzó la desesperación, misma que ya venía arrastrando el candidato a gobernador, cuyos operadores mostraron, en los últimos días de campaña, elementos que abonaron a la “guerra sucia”, no solo contra su adversario del PAN, dado que también querían los votos de la izquierda e incluso los de la candidata de Morena.

Una última encuesta cercana al día de la jornada electoral en poder de las cúpulas decía que estaban hasta tres puntos abajo. Lo que no fluía era el efectivo. Y cuando fluyó ya no se pudo revertir la tendencia; ni cinco días, ni cuatro horas antes del cierre electoral.

Motivos para haber perdido, sobran. Aquí algunos de ellos.

La soberbia

Gobernantes priístas, candidatos y el propio partido consideraron que tener el gobierno y la presidencia municipal en Querétaro aseguraban más del 50 por ciento del trabajo ganado. Mentira. El trabajo de campo se descuidó. La lista de votos que consideró el tricolor tener seguros habría sido “fabricada”. El Comité Nacional observó y cuestionó eso. No se hizo el ejercicio de pedir el voto, de manera irrisoria, a los del “voto duro”.

Equidad

Desde el gobierno se supo de cómo en otras entidades el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) le había “enmendado la plana” al partido por no respetar la equidad de género. Sin embargo, desde el gobierno en turno se impusieron candidatos. Al final, tuvieron que rectificar con candidatas improvisadas, algunas esposas o hermanas del que candidato original. Las mujeres que eran verdaderas militantes estaban enojadas y terminaron por castigar a su propio partido de una u otra forma.

Otra vez, la sumisión del partido ante el gobierno resultó en un fracaso.

Los candidatos “no se cocinan en olla exprés”, salvo algunos suertudos.

La intromisión

Siguiendo el tópico, el candidato a gobernador jamás se deslindó del gobernador. Un ejercicio que al menos en el PRI siempre se había dado. El viejo adagio político de “gobernador no pone gobernador” se cumplió.

La historia tiene rupturas marcadas. Como se dio entre Mariano Palacios y Rafael Camacho. El de Enrique Burgos -más discreto, por su inteligencia política- con Mariano Palacios. El de Fernando Ortiz Arana con Enrique Burgos, quienes a la postre se reencontraron. Y aun no siendo gobierno el PRI, el candidato José Calzada Rovirosa había roto con Jesús Rodríguez, dirigente de su partido.

Falta de cercanía

Los candidatos del PRI hicieron campaña de camionetas. Llegaban al mitin y se retiraban. Si a caso, pasaban por dos tres calles aledañas. La gente los conocía solo en foto. Eso sí, muchas, muchas fotos que ya no ayudan en las campañas.

Divisiones y alianzas

Aliarse, coaligarse o “juntarse” con otros partidos políticos fue perjudicial. Hubo lugares donde el PVEM o Nueva Alianza no pasaron de aportar mil votos a la candidatura, mismos que se habrían multiplicado si se hubiese pedido el apoyo de líderes morales de comunidades y colonias.

Precisamente factores como este provocaron una fractura interna que nadie ha reconocido. Agrupaciones y sectores al interior operaron prácticamente en contra del mismo tricolor al no haber sido tomados en cuenta. Generó rencor que no negociaron con los de casa, pero sí con el PT o con el PES.

Red Q

Es un tema que ya se ha tratado en este espacio. Sin embargo, se sabe que ni el mismo Jesús Llamas, líder de la CTM y quien tiene a cargo parte importante de las empresas que forman Red Q, pudo frenar el trancazo. Y aún así será diputado local.

Transparencia

Negarse a presentar el #3de3 fue un factor importantísimo para la derrota. El tema fue retomado a nivel nacional. Condenaron al candidato quien tuvo que reconocer que tenía más propiedades que las 31 que habían sido publicadas en una investigación universitaria.

La manera en la que obtuvo algunas de ellas fue dudosa, según publicaciones nacionales. Intercambios por deudas para obtener las propiedades, fueron reconocidos por el propio aspirante al Palacio de la Corregidora. La palabra “soborno” fue incluida por comunicadores en sus noticieros. La utilización de su notaría para fines personales, también.

Guerra sucia

El Financiero publicó que la guerra sucia implementada desde el PRI, se revirtió.

A cada ataque había una respuesta.

Aparecieron volantes, desaparecieron lonas, aparecieron despensas, desaparecieron lealtades y cordura y apareció una golpiza de priístas a panistas en pleno Centro Histórico.

El posible gabinete

Anunciar los nombres para el posible gabinete no fue lo más acertado. Los no incluidos terminaron por operar en contra. Y más allá de eso, había un cúmulo de nombres que para muchos eran indeseables. Ochenta por ciento de esos nombres representaban al priismo de antes, al regreso de la corrupción y de lo que se conoce como “el poder por el poder”.

Con todo y la derrota, el candidato a gobernador pretende considerarse e instalarse como líder moral del PRI y el actual presidente, Mauricio Ortiz -otra víctima del fracaso-, se quedará como dirigente partidista, aunque en días pasados simuló poner a disposición su cargo.

Ya se vislumbran nombres para la próxima dirigencia que habrá de terminar Mauricio en lugar de Alonso Landeros, quien fue retirado del cargo por asuntos derivados de su período como alcalde en Pedro Escobedo, mismo que, por cierto, fue propuesto para el gabinete loyolista, aún con inhabilitación para ocupar puestos públicos.

Y en el PRI, nadie se ha sentado a analizar esto.

Finalmente, así quedó conformado el equipo de sobrevivientes priístas para el período 2015-2018: 3 diputados locales de elección, 6 diputados plurinominales, 3 alcaldes, 5 regidores en Querétaro y un diputado federal.

¿Este será el G-18 que tendrá el poder para sacar adelante al partido en los próximos tres años?


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