Eduardo Medina Mora y José Calzada
Hoy Medina Mora aspira a convertirse en impartidor de justicia cuando en el pasado Calzada lo exhibió cometiendo excesos e injusticias al frente de la PGR
Quienes conocen del caso dicen que el posible ascenso del gobernador de Querétaro, José Calzada, al gabinete federal depende en gran parte de un movimiento: el nombramiento de Eduardo Medina Mora como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por parte del Senado de la República.
Lo curioso del caso es que dentro de las manchas del expediente de Medina Mora, una de ellas podría haber sido exponenciada por el propio José Calzada Rovirosa.
Y es que dentro de la trayectoria del hoy candidato a integrar la Corte, figura su paso por la Procuraduría General de la República, donde, entre otras cosas, se le acusa de excederse en las investigaciones contra tres indígenas otomíes acusadas de secuestrar en 2006 a seis agentes federales en un tianguis de Santiago Mexquititlán en Amealco, Querétaro.
Uno de los argumentos que más eco hizo en el caso de Jacinta, Teresa y Alberta, las tres indígenas queretanas procesadas por secuestro, fue el hecho de que la PGR, al mando de Medina Mora, actuó injustamente excediéndose en la integración de la averiguación previa y logrando la condena de las tres mujeres.
La mancha en la trayectoria de Medina Mora fue más notoria toda vez que Calzada, en el año 2009, prácticamente emprendió una cruzada para exigir la excarcelación de las otomíes tanto en el Senado, avalado por Manlio Fabio Beltrones, como en la propia Suprema Corte de Justicia, donde dicen fue atendido por el presidente en turno que en ese entonces era Guillermo Ortiz Mayagoitia. Los que saben afirman que el propio Calzada exhibió los excesos de la PGR de Medina Mora ante el presidente del máximo tribunal de la nación.
Tanto Amnistía Internacional como el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez hicieron un frente común con José Calzada, para que finalmente en septiembre del 2009 fuera excarcelada la primera mujer, Jacinta Francisco Marcial; justo antes de que Calzada Rovirosa asumiera la gubernatura de Querétaro el primero de octubre del 2009.
Incluso el entonces secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, aceptó mediáticamente los errores de la PGR en el caso de las tres indígenas.
El propio Calzada Rovirosa ha dicho a propios y extraños en múltiples ocasiones que uno de los logros que mejor sabor de boca le han dejado en el servicio público fue lograr la excarcelación de Jacinta, Teresa y Alberta.
Lo curioso del caso es que hoy ese error de la PGR expuesto al máximo en la agenda mediática nacional e impulsado estelarmente por José Calzada en el segundo semestre del 2009, es junto con el “michoacanazo” una de las mayores objeciones que diversos senadores panistas y perredistas han puesto a la postulación de Medina Mora a la Suprema Corte lo cual, inclusive, ha llevado a postergar el nombramiento hasta el martes entrante.
Lo verdaderamente digno de interés es la coyuntura que hoy se requiere según la rumorología, donde el primer movimiento para que Calzada llegue al gabinete es el nombramiento de Medina Mora como Ministro de la Corte, (lo cual se antoja difícil si consideramos que algunos ministros han expresado ya su malestar frente a la nominación de la terna del presidente Peña Nieto y la nula carrera judicial de su favorito).
Un segundo movimiento posterior es que Ildefonso Guajardo supla a Medina Mora en Washington como embajador y sólo entonces se abre la posibilidad para que Calzada ocupe la cartera de Economía que quedaría vacante si es que Ildefonso le gana la partida a Aurelio Nuño en la carrera diplomática.
Lo verdaderamente insólito es que hoy la posibilidad de Calzada depende del éxito del nombramiento de Medina Mora, lo cual se ha visto opacado por un hecho que en su momento fue catalogado como injusto. Hoy Medina Mora aspira a convertirse en impartidor de justicia cuando en el pasado Calzada lo exhibió cometiendo excesos e injusticias al frente de la PGR.