Intereses económicos, la razón por la que no se construyó un puente peatonal frente a Antea
En 2014, municipio de Querétaro y Antea tuvieron disyuntivas sobre el puente. Antea se negaba a aceptarlo para mantener su alto estrato social, y el municipio de Querétaro solo quería construirlo si podía rentarlo para publicidad. El resultado: la nada
La negligencia y omisión, combinada con los intereses económicos por parte de los empresarios de Antea Lifestyle Center, junto a la indiferencia de la entonces administración municipal de Roberto Loyola, dieron como resultado un problema de movilidad peatonal y de seguridad que hoy se manifiesta al no tener un importante puente peatonal en Paseo de la República.
Y es que a dos años de construida la plaza, acceder a ella se ha vuelto complicado, pues solo se puede llegar en vehículo particular, porque el puente provisional que había sido instalado ya no opera tras un accidente automovilístico que terminó por sacar a flote un problema añejo que combina intereses empresariales con desinterés gubernamental.
Pero, ¿dónde inició el conflicto?, corría le mes de noviembre de 2013 y se anunció con bombo y platillo la construcción de Antea Lifestyle Center, la plaza comercial más grande de Latinoamérica y que pondría a Querétaro en el mapa comercial. En aquel momento la plaza presentó instalaciones sin concluir, pues había que arrancar para recibir el positivo impacto económico de las ventas en la temporada decembrina
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) otorgó el permiso para la construcción de un puente peatonal en la carretera Querétaro – San Luis Potosí, pero este no fue edificado, ya que el manejo de este tipo de infraestructura conlleva ganancias económicas desde quien lo construye hasta quien lo administra. El puente peatonal provisional que hoy está por ser derrumbado tras un accidente, debió durar no más de un año, pues era el plazo en el que debería haber sido construido el puente definitivo.
¿Qué pasó en aquel entonces?, ¿Por qué si había permisos ya otorgados no se inició la edificación? Todo apuntó a una disyuntiva entre la plaza comercial Antea y el municipio de Querétaro, que tenía como trasfondo intereses económicos.
Fuentes cercanas a la SCT comentaron a Códice Informativo que ni la plaza ni las autoridades municipales tenían recursos para construirlo, por lo que se optó por un puente provisional.
En diciembre de 2013, la dependencia federal tuvo que subsanar el pago a una empresa privada por el uso de ese puente provisional durante dos meses, ya que el municipio y la empresa argumentaban no tener recursos para su edificación al ser cierre de año; la plaza por no generar ventas aún, y el municipio –encabezado por Roberto Loyola- por no tener los recursos etiquetados al cierre del 2013.
Llegó el 2014 y era necesario un puente peatonal definitivo, pero las autoridades municipales y la plaza comercial “se echaron la bolita”, y jamás se construyó ni se ha edificado dicha obra.
¿Cuál fue la disyuntiva o falta de acuerdo para edificar el puente en 2014?, una de las versiones que ha trascendido es que Antea pedía no construirlo frente a otra plaza comercial, en donde se encuentra Wall Mart, pues esta plaza no cobra estacionamiento, lo que significaría pérdidas para Antea por el cobro de estacionamiento, ya que potenciales clientes preferirían estacionarse del otro lado de Paseo de la República y cruzar caminando para ahorrarse el estacionamiento.
La segunda razón es por “estética”, ya que una plaza que fue anunciada como la más grande de Latinoamérica no podía darse el lujo de que los clientes llegaran “caminando”, ya que está proyectada para lo estratos sociales más altos. Además, un paso peatonal sencillo podría mezclar “peligrosamente” a los clientes de la plaza de enfrente con los exclusivos clientes de Antea.
El municipio por su parte, habría acordado construir el puente en la zona para poder explotarlo económicamente, es decir, rentarlo para publicidad y generar ingresos, algo que fue mal visto por la plaza Antea, que insistía en que no quería ese puente a su entrada.
Esa disyuntiva inicial desembocó en estirones y jaloneos, por un lado Antea que no donó cuatro metros de terreno para que el municipio pudiera edificar el puente, y por otro lado municipio que no eligió otro lado para construirlo al no ser rentable, ya que Antea le habría pedido construirlo al final de la plaza o 300 metros más atrás de la entrada principal.
Según versiones recabadas por este medio, ambas partes querían explotar el puente para publicidad, rentarlo a tiendas de la propia plaza, pero al no llegar a acuerdos, los afectados fueron los ciudadanos.
Al no haber acuerdo, aquel puente que debió durar un año permaneció en uso hasta noviembre de este año. Por él pasaban los trabajadores de la plaza y personas que vivían por la zona y decidían ir a conocer las tiendas.
Hoy las actuales autoridades tendrán que tomar cartas en el asunto, podrían edificar el puente en el mismo lugar aunque esto no le guste a la plaza, o podrían hacerlo varios metros lejanos de la entrada principal, aunque no pudieran sacarle rentabilidad.
Los dados están en la mesa y habrá que ver quién hace la mejor jugada, poniendo al ciudadano como el eje a beneficiar.