El engaño, estrategia de la mentira amloista
Andrés López Obrador, accedió al poder gracias al engaño y la mentira. Su gobierno se ha distinguido por el uso discursivo y excesivo del engaño […]
Andrés López Obrador, accedió al poder gracias al engaño y la mentira.
Su gobierno se ha distinguido por el uso discursivo y excesivo del engaño y la mentira, como argumentos de convencimiento para conseguir aviesos objetivos.
¿Qué significa engaño? Se define como el intento deliberado, exitoso o no, de ocultar, generar y/o manipular de algún modo información factual y/o emocional, por medios verbales y/o no verbales, con el fin de crear o mantener en las personas una creencia que el propio comunicador considera falsa. AMLO logró convencer a millones de mexicanas y mexicanos por medio del engaño: falso. Al paso del tiempo, sus mentiras convertidas en una especie de doctrina fascista.
Ahora bien ¿Qué es la mentira? Una mentira es una declaración realizada por alguien que bien sabe, cree o sospecha que es falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes le crean, de tal forma que se oculte la realidad o la verdad de manera parcial o total. AMLO: el icono de las mentiras.
¿AMLO un enfermo mental? Vemos ¿Qué es la mentira en psicología? Se debe a un bajo nivel de conciencia y supone un proceso de razonamiento incorrecto según el cual se distorsiona la interpretación de un suceso para protegerse de una realidad desagradable que no se quiere asumir, ya sea acerca de otros o de uno mismo. Pareciera entonces que el presidente sí es un enfermo mental. Pero, lo cierto que el presidente actúa con perversidad, engaña y miente intencionalmente; aunque en ocasiones parece creer sus propias mentiras.
La base del éxito político del presidente en sus alocuciones retóricas de las mañaneras se ha sustentado en el engaño y la mentira; por demás obvio, dado su poder de convencimiento -excluyendo a los “chayoteros” y empleados que cobran por creer en las mentiras- en un enorme sector de la población. Claro, también utiliza ciertas herramientas, como “sus encuestas” o las dádivas económicas, para afianzar la mentira y el engaño. Así ha logrado destruir cuanta institución púbica le incomodó y mal gastó miles de millones de pesos, en aras de “beneficiar a los pobres”. Uno de sus principales engaños sustentados en mentiras.
Así destruyó las obras del aeropuerto de Texcoco; engañó y mintió con aquello del nido de corrupción. Nunca hubo nada. Su estratagema la fortaleció con una encuesta inconstitucional basada en un mínimo de encuestados, sobre todos aquellos que nunca han utilizado ni utilizarán como medio de transporte los aviones: los morenistas.
Eliminó todos los fideicomisos que tenían dinero en sus arcas bajo el pretexto de ser fuentes de corrupción. Tampoco lo demostró y se quedó con poco más de 68 mil millones de pesos. Dinero que también absorbió cual aspiradora de basura.
Destruyó al Seguro Popular bajo el engaño de crear un sistema de salud universal como el de Dinamarca. Mentira que hasta hoy no es verdad. 5 años y 7 meses sosteniendo lo mismo: la mentira. Lo más perverso, en septiembre, último mes de su mandato, dijo estará en funciones. Y, por supuesto los millonarios presupuestos del sector salud desaparecieron ¿Y la mega farmacia? Otro engaño, más mentiras.
López Obrador, engaño a las y los mexicanos con la promesa de reducir la delincuencia y los homicidios dolosos, por lo menos, en un 50%. Promesa que fue prolongando bajo la mentira en el tiempo. El resultado es catastrófico; todo aumentó exponencialmente. A la fecha llegó su administración a los 190 homicidios y la delincuencia organizada ya controla gran parte del territorio nacional. Millones de mexicanas y mexicanos, sin embargo, se dejan engañar y continúan creyendo en sus mentiras.
Ofreció regresar a las Fuerzas Armadas Permanentes a sus cuarteles; hizo lo contrario. Pidió autorización al Congreso de la Unión para que continuaran haciendo labor de policías, se le concedió el deseo y más allá de su sexenio.
Para construir las obras de sus caprichos, también ofreció no perjudicar el entorno de la biodiversidad de los lugares; hizo lo contrario, destruyó todo lo que pudo, cenotes contaminados, millones de árboles talados, miles de especies animales muertos; flora y fauna destruida. Y, los presupuestos para las obras se incrementaron más del 100%. Expropiaciones al por mayor, juicios de amparo violentados. Mega engaños y mentiras.
Creó programas mediáticos de mentiras para desmentir las verdades de periodistas, de analistas, de medios de comunicación críticos; todo aquel que sea crítico, en automático es mentiroso y perseguido. Le dio resultado.
Así trabaja actualmente López Obrador, último estirón; con el empeño en desaparecer al Poder Judicial Federal. Ha bañado de mentiras y engaños por medio de publicidad pagada, propaganda oficial para hacer creer que es otro nido de corrupción. Generó una iniciativa de reformas que ha sido acremente criticada por expertos en la materia; sí, conocedores del funcionamiento de la impartición de justicia y del Derecho positivo mexicano.
Dentro de la campaña de denuestos, le tocó turno a otra ignorante en la materia defender la insostenible iniciativa; mujer que jamás puso un pie en un juzgado, nunca hizo alguna promoción o demanda judicial, apenas llegó a diputada federal por el PT y después al gabinete de AMLO. Me refiero a la Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde. En la mañanera dio una amplia exposición de mentiras para inducir al engaño, al error y la mentira. Dio cuenta mediática en el discurso de ignorancia del extracto de la iniciativa y sus pasos para la destrucción del Poder Judicial Federal. Luego explicaría el procedimiento para elegir a quien, según ella, serán electos popularmente para ocupar el cargo judicial de impartir justicia.
Si es tan democrático el presidente ¿Por qué no hizo encuesta y elección popular de sus funcionarios, si para ocupar esos cargos no se necesita experiencia alguna? ¿Por qué no propuso elecciones populares de las ministras que impuso en la Corte? No cabe duda que es experto en engañar y mentir.
Para ocupar los cargos de impartidores de justicia, se necesita obligadamente la mayor experiencia jurídica, teórica, jurisprudencial, legal, constitucional, sobre tratados internacionales y práctica en la materia. Pero no, AMLO utiliza la mentira y el engaño para destruir y tomar por asalto al Poder Judicial Federal; así eliminar el equilibrio de Poderes para generar la “dictadura democrática”.
¿Elegir a esos funcionarios al azar? De lograr el avieso y grosero objetivo, devendrá el caos en la impartición de justicia federal.
Héctor Parra Rodríguez