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Francisco I: ¿confiar o cuestionar?

Por - 14/03/2013

¿Cómo saber qué es verdad y qué no? Desgraciadamente, vivimos en una realidad en la que no se puede confiar en todo lo que dicen […]

 Francisco I: ¿confiar o cuestionar?

¿Cómo saber qué es verdad y qué no? Desgraciadamente, vivimos en una realidad en la que no se puede confiar en todo lo que dicen los medios; ni los políticos; ni los ciudadanos… Y en este caso, ni los «líderes espirituales».

Sí, me refiero a la famosa elección del nuevo Papa.

La verdad, a mí no me afecta en lo más mínimo que haya un nuevo Papa. Ni tampoco quién sea. No cambia mi vida ni un ápice. Sin embargo, es el tema en la agenda mundial y me gusta estar enterada. Así que empecé a leer un poco… Nunca imaginé dicha sorpresa.

Reitero, no se puede confiar en todo lo que se ve en los medios. Y, además, se detecta cierto afán por «tirarle» a los personajes públicos en general –tristemente, el mundo se alimenta un poco de la desgracia de otros–, como queriendo dar el punto de vista «alternativo» (por no decir negativo).

Pero cuestionemos un poco. Si es verdad lo que se dice de este Papa, lo siento, la Iglesia Católica no se ha enterado de nada, como dicen los españoles. Y esto lo digo porque con la renuncia de Benedicto XVI tenían la oportunidad en las manos para hacer una reforma y adaptarse al mundo de hoy, a la realidad de sus fieles, para dejar de ser arcaicos en su pensamiento y seguir perdiendo seguidores. Sin embargo, todo parece indicar que no han querido dar ni un paso en esa dirección, y únicamente lo aparentaron eligiendo un Papa latinoamericano y jesuita, pero no verdaderamente abierto a los cambios que se están dando en el mundo.

Jorge Mario Bergoglio, o el ahora nombrado Pontífice Francisco I, está en contra del matrimonio gay, argumentando que es «una pretensión destructiva al plan de Dios», como si los seres humanos tuvieran el poder de cambiar el plan de Dios…

Además, considera a las mujeres «naturalmente ineptas para ejercer cargos políticos» (dicho por él en junio de 2007, refiriéndose a la candidatura de la actual presidente de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner); «El orden natural y los hechos nos enseñan que el hombre es el ser político por excelencia; las escrituras nos demuestran que la mujer siempre es el apoyo del hombre pensador y hacedor, pero nada más que eso», dijo. No tengo palabras, simplemente me indigna.

Incluso, ha sido vinculado de diversas formas con Jorge Rafael Videla, dictador de Argentina quien ideó un terrible plan para robarse niños de la oposición y ejecutar a sus madres, para así educarlos bajo su régimen. Se dice, también, que durante esa dictadura negó protección a dos sacerdotes jesuitas quienes, por eso, fueron torturados.

En fin, éste parece ser  «el lado oscuro» del tan esperado y anunciado nuevo Papa; el primero proveniente de un país latinoamericano, el primero de la orden jesuita, y el primer Francisco.

En un noticiero de Cadena Tres escuché que había un loquito afuera de San Pedro gritando «¡Francesco, Francesco!» antes de que se viera la fumata bianca. Cuando le preguntaron por qué, dijo: «es que la Iglesia necesita otro Francisco de Asís». En esto sí estoy de acuerdo con el profético lunático. De hecho, se supone que Bergoglio besó los pies de algunos enfermos de SIDA en su trayectoria como cardenal, como lo hizo San Francisco de Asís con los leprosos, y que eligió este nombre en honor al santo favorito de los católicos.

Mi bendita y sabia abuela decía: todos somos pecadores. Así que, sabiendo que no todo lo que los medios dicen sobre una persona convierte a la persona en lo que los medios dicen de ésta, démosle a Francisco I el beneficio de la duda, esperando que evolucione y traiga al mundo lo mismo que San Francisco le pidió a Dios en su Oración por la paz: «Oh, Señor, hazme un instrumento de tu paz. Donde hay odio, que lleve yo el amor. Donde haya ofensa, que lleve yo el perdón. Donde haya discordia que lleve yo la unión. Donde haya duda, que lleve yo la fe. Donde haya error, que lleve yo la verdad. Donde haya desesperación, que lleve yo la alegría. Donde haya tinieblas, que llevo yo la luz» -San Francisco de Asís.

 

*Quiero dejar bien claro que este artículo es mera opinión y que no busca ofender a nadie. De hecho, como siempre, invita al diálogo y a la defensa de posturas. Yo digo: viva la diversidad de opiniones.

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