Somos la conciencia y la energía que habita el cuerpo
Ya muchas civilizaciones ancestrales planteaban que la conciencia es el fundamento de la existencia y que más allá de la mente hay información
A lo largo de la historia de la humanidad, nada ha sido tan difícil de descifrar para el ser humano como la comprensión de sí mismo y de su entorno. Muchas han sido las corrientes filosóficas y científicas que han tratado desentrañar este misterio. Para el budismo y el hinduismo, la respuesta a este enigma está en la conciencia y en la energía, las cuales son consideradas aspectos esenciales de la realidad más profunda. Ya muchas civilizaciones ancestrales planteaban que la conciencia es el fundamento de la existencia y que más allá de la mente hay información.
Aun cuando la ciencia por mucho tiempo estuvo en desacuerdo con esto, hoy en día los nuevos descubrimientos de la física lo confirman. Actualmente, existen sólidos argumentos que sostienen que el universo es parte inseparable de la vida mental, considerando a la conciencia como el fundamento del Ser y de todas las formas de existencia.
Pero, ¿qué es la conciencia? Por mucho tiempo se ha intentado dar una definición exacta de este concepto, sin embargo, esto no ha sido fácil. Pero busquemos algún punto de partida. La palabra conciencia proviene del latín conscientia, entendida como el conocimiento que alguien tiene de sí mismo y de su entorno.
Sin embargo, tenemos que entender que esto no se reduce a algo meramente intelectual, sino también y esencialmente tiene que ver con la percepción más allá de la mente. Algo que se sabe es que, la conciencia opera desde una dimensión inmaterial y que utiliza la energía como lenguaje. La conciencia genera campos de energía que mueven su propia información, sus pensamientos, sus emociones.
La ciencia ya ha demostrado que la sustancia que construye al universo y a sus elementos es energía, cuya fuente es la conciencia. La exploración del mundo subatómico ha revelado que existe una energía innata que pone todo en funcionamiento. Nosotros somos energía. Nuestras creencias, palabras y emociones son energía. Todo lo que nos rodea es energía. Nuestras células vibran con una frecuencia energética. En pocas palabras, vivimos en una realidad energética.
Los hallazgos demuestran que los átomos que forman nuestro cuerpo son los mismos de los que está hecho el universo. De ahí, la teoría que establece que al estar todos conectados por los mismos elementos, todo lo que hacemos tiene un impacto en el otro. Einstein señalaba que no vivimos en cuerpos físicos independientes de todo lo demás y separados por espacio muerto, señaló que el universo es uno solo e indivisible. Así, a través de estos descubrimientos, la ciencia está contribuyendo a retomar principios ya antes planteados por tradiciones ancestrales, como el comprendernos como unicidad e interconexión y parte de una inteligencia superior.
La energía cuenta con leyes abismalmente diferentes a las del paradigma materialista, basado en la física newtoniana. Para la ciencia ortodoxa, la materia es la base de todo lo que nos rodea. Sin embargo, los sustentos del materialismo han ido perdiendo fuerza frente a los nuevos descubrimientos de la ciencia.
El paradigma energético, por su parte, se sustenta en la teoría que establece que la energía no tiene límites. Esa energía que somos tiene toda la información. Si nosotros tenemos acceso a esa información, entonces podremos saber qué es lo que somos y darle sentido a nuestra vida.
¿Cómo entrar en una vida consciente? Tomar consciencia es darse cuenta de que hay un sinnúmero de posibilidades. Pero los procesos para cada persona son distintos. Ya Heisenberg había planteado que no hay cosas, sino únicamente posibilidades de la conciencia.
La física cuántica ya ha demostrado que el universo se compone de partículas subatómicas que se encuentran en un mar de energía e información. De igual manera, se ha descubierto que al cambiar el entorno del átomo éste también se modifica. De ahí que, al nosotros estar compuestos por átomos, esto implica que somos capaces de afectar nuestro entorno y por ende nuestra realidad. Por lo que, son nuestras acciones, pensamientos y emociones las que trazan nuestra realidad.
¿Cuál es la importancia de percibir la realidad desde este nuevo paradigma? Más allá de nuevas teorías y hallazgos, la importancia radica en comprender que la manera en cómo la forma en que percibimos nuestra realidad afecta nuestro entorno. Ya que, de acuerdo a la teoría materialista, todo gira en torno a lo externo y a lo material, incluyendo nuestros problemas y sus posibles soluciones. Lo que nos ha llevado a centrar nuestro foco en lo de afuera y olvidando el mundo interno del autoconocimiento.
Si comenzamos a cambiar nuestras bases para ir hacia un paradigma energético, seremos capaces de acercarnos cada vez más a la compresión de nosotros mismos y de nuestra realidad. Entenderemos que tenemos un cuerpo, pero que no somos únicamente un cuerpo. Pues, desde nuestros pensamientos, emociones, palabras y actos, estamos generando una energía que se convierte en una existencia. Generamos patrones, repeticiones, programaciones e incluso las enfermedades; pues son la mente, la conciencia y los campos de energía los que dan forma a nuestras experiencias de vida.
Paulina Fol
Licenciada en Contaduría por la Universidad Latinoamericana y egresada de estudios de Derecho del ITAM. Sin embargo, desde hace tres años me describo como una buscadora incansable de la paz interior y la salud mental, emocional y espiritual; a través de la formación y entrenamiento en estudios de Desarrollo Humano, Autoconocimiento, Mindfulness, Angeloterapia y diversas disciplinas relacionadas con el crecimiento personal.