El poder de nuestro árbol genealógico
Recuerdo desde pequeña escuchar a mi papá continuamente contar la historia de los abuelos, los bisabuelos y así de diversas situaciones de vida que experimentaron […]
Recuerdo desde pequeña escuchar a mi papá continuamente contar la historia de los abuelos, los bisabuelos y así de diversas situaciones de vida que experimentaron nuestros parientes más lejanos. Desde hace tiempo atrás, mi papá ha invertido parte de sus ratos libres a investigar nuestros orígenes más lejanos y desentrañar parte de nuestro linaje ancestral. Ahora creo que nada es casualidad y que posiblemente comenzó un camino, sin saberlo, de liberación y sanación para sus generaciones siguientes.
Tengo en la mente historias de vida de abuelas y bisabuelas y generaciones atrás que, tuvieron que forjarse un carácter con energía masculina para sacar adelante a sus familias, ya sea por enviudar muy jóvenes o por dolorosas y difíciles separaciones. También tengo en mi memoria historias de dolor de mis ancestros por hijos no nacidos o muertos después del parto, por situaciones de carencia extrema, por relaciones familiares difíciles, entre muchas otras. Y así, cada uno de nuestros ancestros tiene historias no sanadas o no trabajadas de las cuales tenemos que aprender y trascender.
Aún cuando prestaba atención a estos relatos, nunca me di cuenta, hasta ahora, de la importancia que tiene para nuestro propio libro de vida conocer la historia de nuestros ancestros. A través de sus historias es posible encontrarnos y descubrir el origen de muchos de nuestros cuestionamientos, bloqueos y conflictos no resueltos. En mi caso ha sido una brújula para mi alma y mi corazón cuando me siento sin rumbo, pues sus historias también forman parte de la mía. Sus experiencias forman parte de lo que hoy soy.
Muchas veces nos preguntamos por qué no se nos dan ciertas cosas, por qué no podemos concretar relaciones de pareja o nos involucramos en relaciones dolorosas, por qué sentimos que se nos presentan bloqueos en distintos ámbitos de nuestras vidas. Conocer nuestra historia familiar y trascenderla nos ayuda a sanar los lazos y las lealtades que mantenemos con nuestros ancestros. Sin embargo, no basta con solo conocerla es necesario tomar consciencia.
Cuando se nos presenta algún bloqueo en nuestra vida o situaciones difíciles de comprender es necesario recurrir a estas historias para honrarlas y al mismo tiempo romper patrones y programaciones que nos llevan a no poder resolver nuestros conflictos. Esto implica abrirnos a recibir una historia que resuena con nosotros y cambiar creencias adquiridas y a partir de esto tomar acción.
Según la epigenética, de igual manera que somos herederos del color de ojos, del color de la piel e incluso de la predisposición a ciertas enfermedades; también somos herederos de programaciones, patrones de comportamiento y emocionales; sin embargo, esto no necesariamente nos predetermina. Todo lo que involucra programas de nuestros ancestros, no viene a través de nuestra parte racional, viene a través de nuestro inconsciente, a través de nuestros genes.
Las historias no sanadas de nuestros ancestros necesitan ser liberadas. Detrás de cada historia hay otra detrás, muchas veces heredadas en silencio a nivel inconsciente. Estas historias no gestionadas por nuestros ancestros pasan de generación en generación para que alguien del clan tome consciencia de eso que no pudo ser trascendido y lo libere.
Reconstruir la historia familiar te lleva a encontrar algunas respuestas sobre quiénes somos y por qué hacemos lo que hacemos. Busquemos a través de nuestros ancestros respuestas sobre el por qué a veces no podemos avanzar en ciertos aspectos de nuestras vidas. Una vez hecho esto, valoremos y honremos lo recibido generación tras generación y rompamos con lealtades y creencias limitantes que nos impiden conseguir nuestros objetivos.
Paulina Fol
Licenciada en Contaduría por la Universidad Latinoamericana y egresada de estudios de Derecho del ITAM. Sin embargo, desde hace tres años me describo como una buscadora incansable de la paz interior y la salud mental, emocional y espiritual; a través de la formación y entrenamiento en estudios de Desarrollo Humano, Autoconocimiento, Mindfulness, Angeloterapia y diversas disciplinas relacionadas con el crecimiento personal.