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La deuda del feminismo con las mujeres indígenas

Por Miriam Vega - 07/03/2022

Las mujeres indígenas no solo son oprimidas por el sistema patriarcal bajo las mismas violencias que las mujeres mestizas u occidentales, las violencias que sufren se amplifican en una cúpula de normalización dentro de sus comunidades y por una racialización que las invisibiliza e infantiliza en las urbes.

 La deuda del feminismo con las mujeres indígenas

Foto: Nadia Bernal

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el movimiento feminista se hace más presente que nunca. Entender que la lucha es por el respeto a los derechos humanos y la vida de las mujeres, es fundamental para comprender la coyuntura en la que nos encontramos. Sin embargo, aun existen asignaturas pendientes para esté movimiento, el cual sienta sus bases sobre teorías y modelos europeos que no comprenden la complejidad de una sociedad colonizada y multicultural.

Las mujeres indígenas no solo son oprimidas por el sistema patriarcal bajo las mismas violencias que las mujeres mestizas u occidentales, las violencias que sufren se amplifican en una cúpula de normalización dentro de sus comunidades y por una racialización que las invisibiliza e infantiliza en las urbes. Atravesadas por más de un tipo de vulnerabilidades, las mujeres indígenas han emprendido sus propias luchas, que no las hace ajenas a la lucha de todas las que se reconocen como feministas.

Haydee Mora Amezcua, coordinadora del Diplomado en Racismo, Discriminación y desigualdades Estructurales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), ha dedicado sus estudios de maestría y doctorado a reconocer y señalar las violencias de la que son sujetos las personas indígenas en nuestro país. Y para ella, al hablar de feminismo debe hacerse con una perspectiva multicultural, sin cabida para la discriminación, el racismo, la aporofóbia y el clasismo; pues de lo contrario se es incongruente a los objetivos que persigue.

En ese sentido se hace visible la falta de representatividad y de espacios para que las mujeres indígenas sean escuchadas, inclusive dentro del mismo movimiento; el cual a veces parece replicar los mismos mecanismos discriminatorios de una sociedad que niega a reconocerse como multicultural.

Mora Amezcua señaló que, de acuerdo a censos oficiales, la mujer indígena presenta un porcentaje de violencia ligeramente menor que las mujeres que no lo son. Dichos datos presentan un sesgo asociado a la perspectiva de la mujer indígena, es decir al momento de diseñar los instrumentos no se toman en cuenta los valores, usos y costumbres las mujeres que forman parte de los pueblos originarios.

Marianela Baltazar Téllez es una abogada purépecha de la región ciénega en Michoacán, ella pertenece a Red de abogadas y promotoras por una vida libre de violencia y se reconoce como feminista. Ella explicó que los mecanismos de violencia que viven las mujeres en sus comunidades presenta características particulares de un modo de organización cargado de machismo; sin embargo a ello se le suma la poca accesibilidad que se tiene a la impartición de justicia por parte del Estado Mexicano.

El Estado Mexicano, en la mayoría de las veces, se dedica a revictimizar y discriminar a aquellas mujeres que se han atrevido a denunciar. Las condiciones para acceder a la justicia desde la periferia son adversas desde la misma inaccesibilidad geográfica y la ineficacia de las fiscalías y procuradurías. Además de pasar -en algunos casos- por la reprobación de la comunidad a la que pertenecen.

Por su parte, aquellas que por algún motivo arriban a las ciudades, sus condiciones no mejoran y son víctimas del machismo que existe dentro de las urbes, de la invisibilización y constante discriminación, por parte de quienes residen en ellas, además de que por lo general se encuentran en situaciones de precariedad y pobreza; abundó la especialista Haydee Mora.

Baltazar Téllez, reconoció que para muchas mujeres que pertenecen a los pueblos originarios, no siempre se asumen feministas “porque no se ven representadas ahí”; sin embargo, eso no quiere decir que no tengan sus propias luchas y se vean como “mujeres indígenas organizadas” que buscan erradicar la violencia contra ellas dentro y fuera de sus comunidades.

“Dentro del feminismo sí hemos observado la falta de incorporación, visibilización, atención de las mujeres que viven en comunidades o pueblos originario. Ese es el feminismo occidental el que nunca ha tratado las violencias estructurales que viven las mujeres indígenas. También se nos ha visto como unas mujeres que hay que proteger […] las manifestaciones se concentran en las capitales en las ciudades y quedan excluidas las mujeres indígenas y rurales”.

Pero qué hacer ¿cómo acortar estas brechas e integrarnos en un solo movimiento? Para empezar, reconocednos como mujeres diversas y acompañarnos con respeto en cada una de la luchas que abanderamos. Dejar de maternar a las mujeres indígenas, “no necesitamos que nos den voz, ya tenemos una voz”. Recientemente he visto que cada vez hay mas mujeres indígenas, sobre todo jóvenes, organizados para hacer valer sus derechos para tener una vida libre de violencia, detalló la activista Marianela Baltazar.

Asimismo, reconocer que el racismo que aun impera en toda la sociedad mexicana y desde la conciencia contribuir para erradicarlo. Construir una agenda feminista, un activismo y una teoría dese lo local, entendiendo la multiculturalidad, libre de racismo y clasismo; agregó, la profesora, Haydee Mora.

Miriam Vega Sánchez

Periodista, egresada de la Universidad Autónoma de Querétaro. La escritura es la herramienta que yo he elegido para contribuir a la construcción de una sociedad más crítica y sensible ante las problemáticas enfrentamos como humanidad. He desempeñado esta profesión desde el 2018 y estoy ávida de incorporar nuevas formas y narrativas a mi trabajo periodístico.


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