“Juego de inadaptados”
En la opinión de Alejandra Caballero
¿Quién tendrá más clara la idea de juego de su D.T.? Será el Atlante que desde finales de enero estrenó DT con la salida de La Volpe y el ingreso del Travieso Guzmán, o serán los Gallos que prácticamente en las mismas fechas despacharon a Sergio Bueno, dándole el paso a Nacho Ambriz.
La moneda está en el aire, parece que este domingo podríamos tener un duelo parejo en este aspecto y en las estadísticas, pues ambos ocupan las posiciones 13 y 14 de la tabla general con seis puntos sumados.
Lo cierto es que Atlante, aunque no está completamente libre, no tiene la misma presión que Gallos en la porcentual.
La diferencia también se encuentra en que los queretanos parece que llevan cargando un costal de piedritas y que en los últimos días diferentes factores se han encargado de echarles más, más y más…
1. La piedrota del caso Bueno-Ambriz; 2. la nueva directiva; 3. justo ahora Decio decide hablar de la venta del equipo – que ya nos explicaron que se debe al cambio de estos tan mencionados dueños-; 4. el cambio de uniforme – que ahora hasta les tocó salir vestidos de chile, mole y pozole-; 5. los colores naranjas, 6. los empates obtenidos tanto en la Copa, como en la Liga, sumado a los triunfos del Atlas, 6. y ahora un odio que parece que va creciendo hacia la directiva.
Porque en el partido de media semana de la Copa MX, los directivos del Querétaro también se llevaron sus cantos con exigencias como “no más mentiras” y de las que Markus López, el vicepresidente de los Gallos Blancos, dijo se referían a una falta de apoyo para un viaje, pero será eso cierto o más bien es por todas esas piedritas que se les han acumulado y, que creo yo, no son más que los mensajeros de lo que “los de arriba” deciden.
Platicando con compañeros y amigos la sensación es que todo está en manos de unos desconocidos, que quienes dan la cara, sólo están para eso, para transmitir los mensajes, por eso se vuelve a vivir un ambiente de incertidumbre, de desánimo que por más que tratamos de decir, “si se puede”, “no pasa nada”; algo vuelve a pasar y generalmente algo negativo.
En fin, el discurso, lo único que nos podemos agarrar de aquí en adelante es en decir “aún faltan 11, 10, 9, 8 jornadas…” y así hasta que lleguemos a la definitiva en la que esperemos la moneda quede del lado de Gallos Blancos.