El puente olvidado de Puerta La Victoria
En 2019, el entonces Secretario de Gobierno, Apolinar Casillas Gutiérrez informó que la Secretaría de Movilidad y Obras Públicas preparaba un estudio para analizar si el puente peatonal de avenida Constituyentes, ubicado a la altura del mercado Escobedo, era eliminado por la baja afluencia que los peatones le daban a esta infraestructura.
A las afueras de la plaza comercial Puerta La Victoria, ubicada en avenida Constituyentes, está sentado un joven que lleva puesto un mandil de mezclilla. Cada cierto tiempo se levanta a atender su negocio: un puesto de cocteles de frutas y aguas frescas. Desde hace tres años, poco tiempo después de que se inauguró esa plaza comercial, llega todos los días a poner su carrito bajo ese elefante gris que muy pocas personas usan para cruzar la vialidad. Él es conciso cuando se le pregunta por ese puente: nadie lo usa.
Es mediodía en la capital queretana, el sol está en su punto más alto y las personas que deambulan por esa zona parecen llevar prisa. Una muchacha se detiene en el camellón que se encuentra a unos metros de la estación de la parada Qrobús “San Francisquito”, segundos después, se le suma una señora que lleva una sombrilla para cubrirse del sol y, por último, se les agrega un señor que usa gorra. Los tres hacen una línea horizontal y se preparan para cruzar la avenida, miran de un lado a otro y aunque entre ellos no se conocen, forman un equipo coordinado para correr hasta el otro extremo de la avenida.
Antes de poder terminar todo el cruce, la señora con sombrilla se retrasa un poco de sus otros dos compañeros, y justo antes de llegar a la banqueta, el conductor de un auto rojo le aprieta el claxon, quien por suerte disminuye la velocidad para darle el paso. Un día antes, sobre este mismo eje Constitución de 1917 Qrobús, atropellaron a una persona que cruzaba por lugares prohibidos, y fue hace tres días, cuando en esa misma avenida, un joven resultó lesionado de gravedad al ser arrollado por una unidad de transporte público mientras intentaba cruzar la vialidad.
En un lapso de cinco minutos, al menos 16 personas hacen el mismo ritual para cruzar esa gran avenida; por arriba de ellos, solo una mujer mayor uniformada de amarillo utiliza ese puente que cada vez se ve más abandonado porque quien se decida a subir esas escaleras se encontrará huellas de excremento, una estructura descuidada y, si tiene suerte, alguna otra persona.
Una dinámica parecida a Puerta La Victoria ocurre a 800 metros, en el puente ubicado frente a Plaza Las Américas. Allí muy pocas personas usan el puente, pero el movimiento es mayor que en el primero. Aquí no corren, solo esperan a que el semáforo esté en rojo para cruzar, aunque tengan que perder algunos minutos.
En 2019, el entonces Secretario de Gobierno, Apolinar Casillas Gutiérrez informó que la Secretaría de Movilidad y Obras Públicas preparaba un estudio para analizar si el puente peatonal de avenida Constituyentes, ubicado a la altura del mercado Escobedo, era eliminado por la baja afluencia que los peatones le daban a esta infraestructura.
En la investigación académica “Motivos de uso y no uso de puentes peatonales en la Ciudad de México: la perspectiva de los peatones” se explica que hay cuatro razones principales por las que la gente no usa los puentes: porque la mayoría de veces se tiene que caminar hasta donde se encuentran las estructuras; se percibe que la mayoría de ellos no están ubicados en los sitios más útiles; tienen un diseño muy poco amable para la mayoría de los usuarios y su utilización generalmente implica más tiempo, esfuerzo y, en algunos casos, mayor inseguridad.
Ya son las 12:30 del mediodía, la gente que cruza por el puente de Puerta La Victoria es muy poca en comparación con toda la que, en un lapso de 20 minutos, ha cruzado la avenida corriendo. Para el joven que vende fruta bajo ese puente, las personas atraviesan la vialidad por abajo porque es más sencillo. En los últimos años no recuerda haber visto ningún accidente de algún transeúnte en ese lugar por no usar el puente. No obstante, él mismo reconoce que es mejor cruzar por arriba, sabe que es más seguro.