PAN y PRI, definidos; falta Morena
Con casi todos los candidatos definidos en Querétaro, el proceso electoral 2018 se acerca a su clímax y en Querétaro ya podemos ir pensando en lo que pasará el próximo 1 de julio
El Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ya definieron quiénes serán los candidatos que les representarán en los procesos electorales local y federal en este 2018. Tras un periodo de mucho desgaste, traiciones, rupturas y heridas internas, los dos partidos mayoritarios de Querétaro ya tienen listos sus cruces.
Per lo más importante a considerar en el proceso electoral que corre, y que se acerca a su punto climático con el arranque de las campañas, es que por primera vez en la historia la elección local dejará de ser una cosa de dos partidos en Querétaro.
El Movimiento Regeneración Nacional (Morena) irrumpe con fuerza con algunas candidatos interesantes, como el exrector Gilberto Herrera Ruiz al Senado de la República o el exfutbolista Adolfo Ríos a la Presidencia Municipal. Esto, en el contexto del dominio que mantiene Andrés Manuel López Obrador a nivel federal ofrece claves de análisis muy interesantes no solo para este 2018, sino para el 2021, cuando se tenga que renovar la administración estatal de Querétaro.
Y aunque Morena no termina de definir a todos sus candidatos, ya lo dijo su dirigente Carlos Peñafiel: Morena competirá el segundo lugar de las preferencias electorales. No son palabras al aire; las encuestas revelan que Morena tiene niveles de preferencia de voto similares o incluso superiores a los del PRI, que no contento con gozar de muy poca popularidad, se ha dedicado a dinamitar los pedazos de estructura interna que quedaban y ha insisto en candidatos que a priori se ven poco competitivos.
La mayor incertidumbre que se vivió en torno a las decisiones electorales del PAN fue qué hacer con Marcos Aguilar Vega. El presidente municipal de Querétaro tenía en su proyecto ser candidato al Senado este año, pero esa posibilidad se le esfumo cuando con gran insistencia el gobernador posicionó la figura de Mauricio Kuri González, su favorito. Entonces, Marcos decidió aceptar institucionalmente la decisión a pesar de no estar de acuerdo, y de que los rumores afirmaban que podía renunciar a su partido para competir bajo las siglas de otro.
Posteriormente, y aunque la oferta de consolación sobre la mesa era una diputación federal plurinominal, decidió despreciarla en un principio convencido de que podría al menos reelegirse en el cargo de presidente municipal. Sin embargo, el gobernador demostró tener poder total y control absoluto de las decisiones del partido por lo que al final, y pese a que se podía cortar la tensión en el ambiente, fue Luis Bernardo Nava, el segundo alfil de Francisco Domínguez, el elegido para buscar el Centro Cívico.
Marcos Aguilar, con su rueda de prensa de esta mañana, despejó el ambiente y dio muestras de unidad, aunque es evidente que no le sientan bien las decisiones que lo marginaron de competir en este proceso electoral. De cualquier forma, afirma, su “cuarto sueño”, como le llama a su deseo de competir por la gubernatura del estado, sigue vigente, aunque hoy en día parezca claro que si quiere alcanzarlo, difícilmente será bajo el ala de Acción Nacional.
En el PRI, las batallas y los roces se dieron un par de semanas antes, y en su caso no fue posible esconder el polvo bajo la alfombra, como lo hizo el blanquiazul. Las rupturas fueron claras, públicas y por todos lados. Los candidatos designados, en muchos casos tiene poco o nula experiencia en la vida pública de Querétaro y responden más a compadrazgos y amiguismos de su presidente Juan José Ruiz que una decisión consiente del futuro que se juega su instituto político. Aún falta conocer el grueso de los nombres que competirán bajo las siglas de Morena, pero hoy parece más claro que el PRI competirá por seguir siendo la segunda fuerza política que por resultar victorioso. Y su objetivo hoy se ve más que comprometido.
Un claro ejemplo de esto son las candidaturas a diputaciones locales. De los 15 candidatos y candidatas que presentará el PAN, nueve son legisladores hoy en día y buscarán la reelección. Los otros seis provienen de las administraciones estatal o municipal de Querétaro, junto a un par de nóveles políticas que probarán suerte en este elección. Al margen de qué tan destacados sean estos perfiles, al menos hay experiencia probada y capacidad de ganar elecciones, algo que no puede presumir el PRI, que presenta candidatos y candidatas en su mayoría desconocidos, a salvedad de una reelección y un par de exfuncionarios públicos de primer nivel. Si a eso le agregamos que Morena seguramente presentará algunos candidatos provenientes de otros partidos políticos, el coctel luce peligroso para el tricolor.
Las elecciones siempre son un volado, pero en este 2018 se pueden realizar algunas predicciones más o menos generales. En primera instancia, el PAN resultará triunfador a nivel local. Es muy probable que logre ganar las posiciones más importante y ratifique su dominio político en Querétaro, el cual no perdió durante los seis años de gobierno de José Calzada. Lo que sí es probable es que no logre ratificar las mayorías que ganó en 2015, y que de manera interna se siga fraguando la descomposición que, casi con toda seguridad, se manifestará en 2021.
El PRI, por su parte, viene con un peor equipo que en 2015. Y no solo eso, sino que llevo a cabo un proceso de selección de candidatos muy desaseado que provocó múltiples rupturas que harán llegar al partido sin el irrestricto apoyo que suele caracterizar al tricolor. No solo se augura una nueva derrota electoral, sino su posible caída al ostracismo de la política local en un lejano e intrascendente tercer lugar electoral.
Y finalmente, Morena es más incertidumbre que certezas. Aunque sus candidatos bandera, Gilberto Herrera y Adolfo Ríos, parecen ser competitivos y los respaldan las encuestas, difícilmente podrían dar el salto doble y resultar ganadores de sus contiendas, aunque sí podrían arrebatarle el segundo lugar al PRI y hacerlo en plano ascendente, lo que combinado la posibilidad de una serie de resultados positivos para el partido, sobre un hipotético triunfo de Andrés Manuel López Obrador, podrían configurar un escenario político en el que Morena sea realmente competitivo, y se convierta en el principal retador para 2021.