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Aventura e historia se conjugan en las misiones franciscanas de la Sierra Gorda

Por Staff Códice Informativo - 01/07/2017

Recorrer las cinco misiones franciscanas que se edificaron en la segunda mitad del siglo XVIII en la zona serrana constituye hoy uno de los atractivos turísticos más concurridos de la entidad, pues conjuga cultura, historia y aventura en un viaje que comienza en el municipio de Jalpan de Serra

 Aventura e historia se conjugan en las misiones franciscanas de la Sierra Gorda

Facha de la misión de Concá / Foto: Sectur Querétaro

No se puede hablar de historia de Querétaro sin tocar el tema religioso; basta caminar por las calles del Centro Histórico de su capital para contemplar los templos erguidos en cada esquina como evidencia del poder que la Iglesia Católica llegó a tener en la zona y que, consecuentemente, llevó a la religión a ocupar un papel fundamental en ciertos fragmentos de la sociedad queretana contemporánea. No obstante, el dominio evangelizador que algunos grupos religiosos, como los franciscanos, perpetraron en Querétaro, traspasó los límites de a ciudad y llegó a otras de las zonas más representativas del estado, como la Sierra Gorda.

Las cinco misiones franciscanas que se edificaron en la segunda mitad del siglo XVIII en la zona serrana son parte y testigo de esta presencia que fue determinante para la construcción física e ideológica del Querétaro moderno, y recorrer la ruta en la que se ubican las iglesias constituye hoy uno de los atractivos turísticos más concurridos de la entidad, pues conjuga cultura, historia y aventura en un viaje que comienza en el municipio de Jalpan de Serra, en donde está la misión que Fray Junípero Serra construyó con ayuda de los indígenas pames y de la que partió en su cruzada evangelizadora.

Aunque las misiones estuvieron unidas en propósito e institucionalización, cada una es poseedora de características que la distinguen del resto; la misión de Jalpan, cuya fachada está invadida de flores, fue la primera en levantarse (aunque el título de la primera en terminar de construirse lo sostiene la misión de Concá, inaugurada en 1754) y estuvo dedicada al apóstol Santiago, santo de los militares; la misión de Tancoyol, por su parte, es la más elaborada a nivel iconográfico, pues reúne elementos de los estilos indígena y europeo en su arquitectura, y está atribuida a Fray Juan Ramos de Lora.

La más pequeña y sencilla de las misiones es la de Tilaco, dedicada a San Francisco de Asís, sin embargo tiene la especial particularidad de que en su fachada están representadas dos sirenas cuyo significado se desconoce; mientras que la misión de Concá es la más ‘mestiza’ de todas, pues sus atributos arquitectónicos denotan el trabajo realizado por artistas indígenas, al tiempo se muestran dos detalle únicos en los templos barrocos latinoamericanos: las figuras del Sol y de la Luna, que representan la dualidad del universo y el sincretismo de la cultura española e indígena, y el remate del templo con la imagen de la Trinidad.

En cuanto a la ornamentación de las fachadas, la misión de Landa, dedicada a la Purísima Concepción, es la más recargada visualmente, pues en ella se pueden apreciar múltiples personajes que conforman la iglesia, como las monjas, los apóstoles, los mártires y los arcángeles, además su erguimiento significó el final de la conquista espiritual de la Sierra Gorda.

Un recorrido en coche de tres horas y media de duración separan a la ciudad de Querétaro de Jalpan; además de la ruta de misiones, que representa la forma ideal de conocer esta parte de la historia cultural y religiosa del estado, la fastuosidad de los paisajes de la serranía, los santuarios ecoturísticos como la cascada El Chuveje o el Río Escanela, las zonas arqueológicas de Ranas y Toluquilla y la posibilidad de realizar actividades deportivas y de aventura hacen de la Sierra Gorda un destino imperdible para vacacionar.


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