París se rinde al Campeón Mundial

La Máquina de Ganar sólo necesita una aceitadita y un poco de puntería. Pero después de que concluyó en el primer sitio del Grupo C, nadie puede dudar que la vigente campeona del mundo, Alemania, está en la reducida lista de aspirantes a coronarse monarcas de la Euro. Una lista que por cierto, tiene a casi todos sus candidatos jugando en el mismo lado del cuadro, Italia, España, Francia e Inglaterra.

Con un estadio a tope, casi 50 mil aficionados, con mucho más de la mitad de los asistentes vestidos de blanco y negro, o incluso de verde pero con un águila en el pecho, no los de la cruz que eran los británicos, Alemania jugó como en casa y le dio tratamiento de trámite cumplido al hecho de derrotar a Irlanda del Norte 1-0, en un duelo donde el marcador pudo y debió, haber terminado más abultado. El score mínimo no refleja la victoria alemana claramente, en un partido que debería haber acabado antes de los 90 minutos por superioridad manifiesta.

El vetusto Parque de los Príncipes, que ha albergado todos los torneos importantes de Francia desde el Mundial de 1938, pero que fue remodelado hasta dejarlo en condiciones envidiables para cualquier escenario de su capacidad en el mundo, fue una fiesta, se cantó en alemán, se bebió más cerveza de un lado de las gradas, y se celebró como si de la final de la Copa del Mundo se tratara. Y los jugadores de la Mannschaft actuaron como si fueran estrellas de una película, complaciendo en poses y pases, en actitud y aptitud a los miles de connacionales que literalmente, volvieron a invadir París, sin que esto suene a gracia alguna.

Cuando tienes a Göetze, y a Özil, y a Gomez y Müller, y encima está un impresionante Boateng poniendo servicios de 40 o 50 o más metros con una precisión de relojero, no hay mucho por hacer. Pero los palos jugaron e impidieron que los irlandeses mantuvieran su sueño de ir a la siguiente ronda, pues una escandalosa derrota los hubiera marginado a pesar de tener 3 puntos en la competencia.

Alemania sumó al final de la jornada 7 puntos que le valen el primer lugar de su grupo, escoltados por Polonia que sigue preguntando dónde está Lewandoski, y enfrentará el domingo en Lille a un rival que puede ser el tercero de los grupos A, B o F.

La apuesta de Joachim Löw con Müller, Götze (por izquierda) y Gomez, además de un renacido Özil por derecha, fueron una pesadilla auténtica para Irlanda que se dedicó a defender su puerta durante 61 minutos, ya que renunció al ataque apenas recibió el gol de Mario Gomez en una magistral jugada en la que él mismo había conectado de Özil hacia Müller, quien en vez de disparar regresó el balón a la llegada de Supermario, quien a media altura y mas colocado que fuerte, hizo diana en el arco norirlandés.

La “Nationalmannschaft” fue estruendosamente ovacionada por un público que le celebró todo, y que se tapó los ojos una y otra vez tratando de no seguir viendo como los postes o el arquero McGovern detenían los múltiples intentos germanos, intentos que aunque no se consolidaron, no parecían ser una causa de preocupación para la escuadra alemana.

Los alemanes se hicieron amos y señores del terreno por lo que se ensayaba cualquier jugada que al gusto de Özil o de Müller fuera hasta divertida. La consecuencia fue una barbaridad en la diferencia de disparos a puerta de los dos equipos. Alemania casi 15, Irlanda del Norte apenas uno.

Sin cambios en el descanso en ninguno de los dos equipos, Alemania volvió a insistir desde el inicio del segundo tiempo y ya en la recta final del partido, con los británicos entregados a defender su causa ante el poderoso equipo alemán, se salvaron en varias ocasiones de los embates de  los de blanco y negro, la fiesta terminó con una escandalosa fiesta en plena Avenida de Campos Elíseos hasta altas horas de la noche.