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¡Entra a la Leyenda!

Por Staff Códice Informativo - 04/03/2016

En el encuentro entre el América y el Morelia, Cuauhtémoc Blanco se despide oficialmente del futbol, como fue siempre en su carrera, de manera polémica, pero cierra uno de los ciclos más emocionantes de la historia del futbol mexicano.

 ¡Entra a la Leyenda!

No podía ser de otra manera, en medio de la polémica, hoy llegará a su fin oficialmente, una de las carreras más apasionantes y extraordinarias del futbol mexicano, la del “10”, Cuauhtémoc Blanco, quien a los 42 años alineará con las AGuilas del América en el duelo de la fecha 9 de la Liga MX ante el Morelia.

Nosotros podemos ignorar las razones por las que los que siempre lo han criticado, lo volvieron a criticar, a él, y a las Aguilas, acusándolos de manipular su registro, algo que de verdad, no tiene mayor importancia. Cuauhtémoc Blanco se merece este homenaje y despedida, y muchos más.

El “10” puede ser el único jugador en la historia de nuestro futbol, que fue profundamente odiado por los millones de anti-americanístas que hay en el país, los mismos que lo idolatraron cuando se ponía la camiseta verde para defender los colores de la Selección Mexicana.

CALIFICACIONES SOBRESALIENTES. En su exitosa trayectoria, en la que se convirtió en el segundo máximo anotador del América; pieza clave y fundamental para que México consiguiera la Copa Confederaciones del 2009 y dos clasificaciones a los Mundiales de Corea-Japón 2002 y Sudáfrica 2010, pensamos que Blanco se va con el expediente totalmente palomeado en todos los aspectos en que se le quiera calificar.

Lo mismo como líder y capitán de sus equipos y en su momento de la Selección Mexicana, que como el tipo con esa característica que deberían tener los mexicanos por naturaleza en el futbol, siendo quizá el más pícaro representante de nuestra idiosincrasia, Cuauhtémoc se convirtió en símbolo de un nacionalismo que en México, por absurdo que parezca, prácticamente sólo el futbol y la Selección Nacional pueden dar.

HÉROE Y VILLANO. Cuauhtémoc también pasó de héroe a villano cuando con sus atípicas celebraciones “ofendió” a rivales de ilustre trayectoria como Ricardo La Volpe, y luego fue víctima del en su momento técnico nacional, cuando lo marginó de la Copa Mundial de Alemania 2006 en medio de otra enorme polémica, que alcanzó su grado extremo cuando el argentino decidió convocar a su yerno Rafa García en vez de Blanco.

Fue la razón de que un país completo, México, se indignara cuando fue víctima en otras circunstancias de una brutal agresión en la cancha por parte del trinitario Ancil Elcock quien le reventó la rodilla derecha y lo mandó a la inactividad durante 11 meses, cortando de tajo además, sus aspiraciones de brillar en España, a donde había llegado al Valladolid.

Pero así como las circunstancias se le presentaron dramáticas en muchas ocasiones, nunca una oportunidad mejor de regresar a la actividad con la Selección Nacional, al ser convocado por Javier Aguirre y ser la punta de lanza del “regreso” de la Selección a la lucha por la calificación al Mundial del 2002, cuando con dos goles suyos México le dio la vuelta 2-1 en el marcador a

Jamaica en el Estadio Nacional de Kingston, para darle una crucial oportunidad al Tri de mantenerse en la pelea mundialista.
Lo irónico de la situación en ese año 2001, es que había sido precisamente su ausencia fundamental en el equipo de Enrique Meza, lo que hizo que el barco tricolor estuviera a punto de naufragar.

COMO LOS TOREROS GRANDES. Y luego, cuando ya se había ido del Tri, regresó nuevamente al llamado de Aguirre para volver a poner en la ruta mundialista a México en la eliminatoria del 2009, cuando el afamado Sven Göran Eriksson dejó al tricolor al borde de la eliminación, Y Cuauhtémoc fue una vez más el amuleto, la llave, la razón, el corazón y el potenciador de otro regreso triunfal que traslado a México a una Copa Mundial.

Y en otro momento, cuando parecía que el destino ya le iba a impedir levantar una Copa de Campeón del futbol mexicano con su América, regresó para comandar aquella espectacular goleada y coronarse en el mismísimo Estadio Azteca.

Cuauhtémoc ha ido de un extremo a otro. Ha jugado todos los papeles, ha sido amado y odiado. Admirado, envidiado, consentido. La afición lo hizo un ídolo, pero no fue gratis. El “10” le ha devuelto al público con actuaciones memorables cada aplauso, toda la entrega, toda la admiración.

Por eso no creo que sea injusto “regalarle” unos minutos de un partido oficial, a un jugador cuyas monumentales dimensiones en la historia de nuestro futbol justifican sin discusión el esfuerzo de darle un adiós oficial y definitivo al último gran ídolo del futbol mexicano.

Será además una situación curiosa que enfrente, dirigiendo a Monarcas esté Enrique Meza, el testigo primario de aquel día en que la carrera de Blanco estuvo en riesgo de terminar. El Profe solo lo dirigió una vez, aquel día del 7-0 ante Trinidad en el Estadio Azteca y ha lamentado estos 15 años ese terrible accidente. Pero ha sido también, quien con mas mesura se expresó acerca de la despedida en un partido oficial, aunque sea ante el equipo que dirige.

A partir de hoy, cuando se hable de Cuauhtémoc Blanco se hará para recordar a uno de los más brillantes futbolistas nacidos en México, a partir de hoy, será leyenda…


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