Agonía. TOLVANERA / Roberto Zamarripa
Ahora sobran dobles. Su gemelo, su espejo, su alter ego. A la vez su opuesto, su diferencia, su referencia. El poder único, el del Partido […]
Ahora sobran dobles. Su gemelo, su espejo, su alter ego. A la vez su opuesto, su diferencia, su referencia. El poder único, el del Partido de Estado, no permitía ni la sombra. El Tapado era la vela de imaginación que prendían los autócratas. La especulación era cortesía del dominio unipersonal. Quedaba prohibido afectar el poder del Presidente. El que se mueve no sale en la foto, era la máxima autoritaria que obligaba a la sumisión, al silencio, la cabeza gacha, la genuflexión.