Astillero. Cleptocracia cínica. Julio Hernández López
No por larga e inequívocamente prevista resultó menos escandalosa la grotesca exculpación que un secretario de opereta ofrendó a su patrón, Enrique Peña Nieto (que […]
No por larga e inequívocamente prevista resultó menos escandalosa la grotesca exculpación que un secretario de opereta ofrendó a su patrón, Enrique Peña Nieto (que para ello le había instalado en un cargo de falsa contraloría), y a Luis Videgaray, a cuyo cobijo faccioso también debe Virgilio Andrade Martínez el ocupar la alcahuetería institucionalizada cuyo nombre oficial es Secretaría de la Función Pública.