MIRADOR / Armando Fuentes Aguirre
Hombre apuesto y bien plantado, cantaba bellamente, como podría hacerlo el mejor profesional. En noches de bohemia yo le decía que debió haberse dedicado al […]
Hombre apuesto y bien plantado, cantaba bellamente, como podría hacerlo el mejor profesional. En noches de bohemia yo le decía que debió haberse dedicado al espectáculo. Seguramente habría triunfado; habría tenido fama y dinero. Él me contestaba siempre que eso no era lo suyo: a él le gustaba la vida de familia; su vocación era el servicio público.