Voto, luego existo. Guadalupe Loaeza
La primera vez que voté en mi vida fue gracias a Miguel Ángel Granados Chapa. Cuando le confesé a mis 38 años que nunca había […]
La primera vez que voté en mi vida fue gracias a Miguel Ángel Granados Chapa. Cuando le confesé a mis 38 años que nunca había votado, vi cómo empalideció. “Para qué votar si siempre gana el PRI”, le dije desenfadadamente. Volvió a empalidecer. Durante más de una hora me explicó, con toda paciencia, la importancia del voto. “Es un derecho fundamental al que por ningún motivo debemos renunciar”, me decía el que sería, dos años después, autor de un libro titulado, precisamente: Votar, ¿para qué?. Me convenció.