“Nada que curar”; México prohíbe las “terapias” para cambiar orientación sexual
Este consenso por parte de los partidos políticos más progresistas (Morena, MC, PRD, PRI, PT y Verde) no fue acompañado de los diputados del PAN, esto pese a que su candidata presidencial, Xóchitl Gálvez, votó como senadora por prohibir los esfuerzos por revertir la orientación sexual y la identidad de género
El Congreso de la Unión avaló el prohibir las llamadas “terapias de conversión” o, más bien, los esfuerzos por revertir la orientación sexual y la identidad de género de las personas, disfrazando estos métodos como “médicos” y “seguros”, en una decisión que fue respaldada por los partidos políticos más progresistas en la Cámara de Diputados.
Con 267 votos a favor de los legisladores federales, se reformó la Ley General de Salud para establecer que, todo aquel que busque revertir la orientación sexual de las personas o su identidad de género a través de estos métodos, podrá ser acreedor a penas de prisión de dos a seis años y multas que van desde los 100 hasta los 200 mil pesos (mil o dos mil veces la Unidad de Medida y Actualización [UMA]). Las penas, además, se doblarán cuando se trate de menores de edad.
“Que se oiga fuerte y claro: ¡nada que curar! ¡Nada que curar! Las EXOSIG hacen uso de prácticas equivalentes a la tortura, acciones atribuibles al tiempo de la inquisición, se trata de actos inhumanos y lacerantes que, con la intención de modificar orientación sexual y la identidad de género de las personas, lejos de apoyarlas, las victimiza”, señaló al respecto la diputada trans, Salma Luévano.
Según se explicó durante la discusión, tanto la Organización Mundial de la Salud como los ejemplos en otros países muestran que estos métodos pueden ser tipificados como tortura, pues suelen ir en contra de los deseos de las víctimas, se realizan con violencia sexual, económica o familia y en ocasiones hasta implican privar de la libertad a las personas con el pretexto de “curar” la orientación sexual que, de hecho, no es considerada una enfermedad mental.
La discusión iba a repararse por más de 90 reservas interpuestas por el Partido Acción Nacional (PAN), sin embargo, antier la diputada María Clemente García, de las primeras mujeres trans en llegar al Congreso, clausuró la sesión por “homofobia”, lo que llevó al resto de los partidos a acelerar su discusión y, finalmente, su aprobación por parte de los partidos Morena, Revolucionario Institucional (PRI), de la Revolución Democrática (PRD), Movimiento Ciudadano (MC), del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México.
Durante su discusión, García lamentó que la minuta vuelva a la Cámara de Senadores debido a los cambios que se hicieron y recordó que estas “terapias” están justificadas bajo “el discurso de odio” de que ser parte de la comunidad LGBT está mal y es algo que debe curarse.
Por su parte, la diputada panista, Margarita Zavala Gómez del Campo, encabezó la posición del PAN de que se busca implantar una “ideología” y que este dictamen puede significar “persecución” para padres, médicos, maestros y grupos religiosos que busquen, ejerciendo su libertad, cualquier tipo de terapia. Esto a pesar de que la candidata presidencial de su partido, Xóchitl Gálvez, votó como senadora por prohibir estas terapias, situación que también apoyan Claudia Sheinbaum y Javier Álvarez Máynez, sus contrincantes de Morena y MC, respectivamente.