Casetas de vigilancia privada en colonias: ¿Seguridad pública concesionada a particulares? (parte II)
“Nos quejamos de los muros, y aquí estamos llevando plumas, casetas o como se llamen”, afirma José Carlos Rojano Esquivel ,catedrático de la UAQ

Foto: D. Aguilar
Los riesgos
Para el doctor en Derecho, José Carlos Rojano Esquivel, la reforma que regulará la instalación de casetas y plumas de acceso en las colonias traerá varias interrogantes en torno a la libertad de tránsito, la discriminación, la competencia municipal para regular este servicio; pero principalmente ¿con qué facultad le va a solicitar un privado a un ciudadano que se identifique?
–“El municipio tiene que brindar los servicios públicos de las calles y en este caso está restringiendo el acceso y el tránsito a través de estos controles a cargos de particulares. Yo creo que sí estamos fuera de la norma”, subrayó el profesor jubilado de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
El especialista también cuestionó si con las casetas de vigilancia se crean situaciones de privilegio y a la vez de discriminación.
“Nos quejamos de los muros, y aquí estamos llevando plumas, casetas o como se llamen”, expresó el catedrático de la UAQ en entrevista con Códice Informativo.
Rojano Esquivel mencionó que en caso de que ocurra un ilícito al interior de la colonia o fraccionamiento vigilado por una empresa de seguridad privada, ¿qué responsabilidad tendrá la misma?
“Autorizamos las casetas y ocurren ilícitos por ahí, ¿a quién le vamos a echar la culpa, a quien dejó de prestar el servicio público de seguridad o a la gente que presta los servicios de seguridad privada?, inclusive para efectos de una responsabilidad extracontractual de orden civil, pues pueden ser corresponsables los que presten estos servicios de seguridad particular”, detalló.
Señaló que para el residente de un fraccionamiento que sufre un delito sí será positivo tener mayor vigilancia privada, pero aquí se pone el interés personal por encima del colectivo.
Otro factor preocupante, dijo, es la aplicación de controles de seguridad en la entrada de colonias es el uso de los datos personales que son recopilados por elementos de empresas privadas.
Nombre, dirección y tipo de vehículo, así como la fotografía a la identificación son parte de los procedimientos que diariamente se le realizan a miles de automovilistas a la entrada de fraccionamientos ubicados en Querétaro.
Y hasta ahora muy poco se sabe del paradero de toda esa información, que incluso, podría ser usada en contra de la misma seguridad del propietario del vehículo en cuestión.
Al respecto, el diputado Zapata reconoció que ese tema no deja de ser interesante e incluso preocupante.
“Primero tiene que estar perfectamente aclarado en el reglamento correspondiente qué tipo de información es la que se obtiene. Normalmente lo que ven de la credencial es que tu seas la misma persona que quiere ingresar. Obviamente la información no debe ser proporcionada a ningún ente”, refirió.
Sin embargo, el legislador opinó que la identificación de placas en las casetas de vigilancia podría ser benéfica si se contara con un sistema en el que todas las casetas estuvieran enlazadas con el sistema de seguridad pública.
“Tu reportas el robo de un automóvil y difundes las placas. Esta información se distribuye a todas las patrullas y a todas las casetas. Imagínate a un vigilante que dijera: a este fraccionamiento acaba de entrar este condominio con estas placas”, mencionó.
No obstante, eso en la realidad aún no existe, pero sí se lleva a cabo una recopilación de datos personales por custodios de empresas particulares, de los cuales se desconoce sus antecedentes.
Pedro, el vigilante
Pedro desconoce las discusiones legislativas y en la opinión pública sobre la participación de la seguridad privada en la vigilancia de las colonias. Sin embargo, él vive para eso y de ello.
Él es vigilante en una colonia de Juriquilla, en una de las zonas de la capital queretana con mayor exclusividad y plusvalía. En específico en la parte que él trabaja no existen casetas de seguridad, para no afectar el tránsito entre vialidades. Su tarea se concentra en hacer rondines en un vehículo, propiedad de la asociación de colonos.
“Nosotros lo que hacemos es evitar al máximo que ocurran robos o incidentes en los domicilios. Si hay alguna alarma, estamos conectados con varias empresas de alarma. Nos avisan dónde está, vamos para ver que no haya una chapa forzada. Nos comunicamos con guardia municipal para que ya vengan y den fe de los hechos; y poder ingresar”, explicó en entrevista con Códice Informativo.
Aclaró que él no puede portar armas de fuego ni chaleco antibalas; y únicamente utiliza un tolete para hacer frente a cualquier situación, lo que lo pone en desventaja frente a delincuentes que anden armados.
“Por eso, nosotros al estar frente a una situación de gravedad, que no nos ha pasado ahorita, únicamente debemos llegar al lugar e informar a la policía para que ellos sean los que acudan y vean la situación, porque a nosotros nos rebasa”, comentó.
Pedro tiene 47 años y anteriormente había trabajado en seguridad pública y privada. Actualmente su horario es de 24 por 24 horas, y señaló que el salario promedio de los vigilantes de seguridad privada es de 5 mil 200 pesos mensuales. Por ahora, es el único en su turno encargado de la vigilancia de alrededor de unas mil casas, según contó a Códice Informativo.
“Ahorita estamos 24 por 24, porque falta una persona que no ha sido contratada, pero en sí los turnos son de 12 por 24”, añadió.
La empresa que lo contrató le brinda seguridad social, y le exigió una carta de antecedentes no penales, entre otros requisitos. Afirma que al ingresar se le dio capacitación de seguridad intramuros, para saber qué puede hacer y qué no.
“En situaciones donde veamos que está en riesgo la vida, es donde no podemos intervenir, en la persecución de un vehículo, eso no nos compete (…) Nosotros no podemos hacer una revisión, a menos que haya una persona que nos señale que vio algo o sufrió algo de parte de una persona, entonces ya sería cuestión de hablar y que nos permita, pero en sí no podemos detener personas para hacer revisión”, explicó.
En colonias aledañas a la que vigila Pedro, también en Juriquilla, existen casetas de seguridad en los accesos. Ahí, una persona uniformada anota únicamente el número de las placas de los vehículos que ingresan, sin siquiera preguntarles la dirección a la que acuden.
La vigilancia está, pero es prácticamente inútil, lo que puede incentivar la presencia de delincuentes.
Así pues, con ese heterogéneo panorama de la seguridad en las colonias de Querétaro, se presenta un nuevo marco legal, a petición del municipio capitalino, a fin de reducir los niveles de inseguridad desde la prevención y la colaboración de la ciudadanía.
Sin embargo, pese a que las empresas de seguridad privada operan ya desde hace varios años en el resguardo de zonas habitacionales en Querétaro, las cifras de la incidencia de robos a casa no han disminuido.