Habilidad y valentía; así es la vida de un paracaidista de la Fuerza Aérea Mexicana
Israel, quien ingresó a la Fuerza Aérea hace nueve años cuenta que ser paracaidista no es sencillo, requiere de una preparación física y mental, por eso siente orgullo de formar parte de este escuadrón
Han pasado 69 años desde que se graduó la primera generación de paracaidistas en el país, militares preparados para llegar vía aérea a lugares donde es imposible llegar vía terrestre; Para esto son necesarios muchos meses de preparación y capacitación tanto física como mental, meses en los que los soldados tienen una meta en la cabeza: recibir la insignia que los distingue como integrantes de la Fuerza Aérea Mexicana.
Israel Carrillo, paracaidista militar de 32 años de edad, tiene nueve años en la Fuerza Aérea, a donde ingresó por necesidad, pues nunca imaginó que se convertiría en soldado. A la fecha, ha participado en diferentes misiones que guarda para su memoria, y que han marcado su vida; momentos difíciles que ha logrado controlar con capacitación.
“Sí, han sido varias cosas las que he hecho y la brigada de paracaidistas imparte cursos y esos los damos nosotros de alta y media montaña, hacemos cursos en la marina o con nuestros hermanos de fuerzas especiales. Esos momentos se guardan, he pasado por situaciones difíciles pero aquí te enseñan a controlarlas”, contó.
Israel se enfiló para ser soldado por el sueldo oneroso, pero sobre todo por la seguridad social pues su padre estaba enfermo y necesitaba atención médica calificada. Fue así como se preparó, a pesar del miedo que le generaba aventarse en paracaídas, la adrenalina y sus objetivos fueron más fuertes.
“Yo realmente entré a las fuerzas armadas por necesidad, aquí en las fuerzas armadas hay mucho apoyo tanto en el seguro y aparte un buen salario, por eso yo entré más por el seguro porque yo tenía a mi padre enfermo y nunca pensé que iba a ser soldado, y tuve la suerte de entrar al ejército”, recordó.
En el marco del 102 aniversario de la fuerza aérea mexicana, Israel cuenta que ser paracaidista no es sencillo, requiere de una preparación física y mental, por eso siente orgullo de formar parte de este escuadrón; el tiempo de preparación es de un mes con una semana de saltos para poder graduarse. Un día es un salto, para concluir requieres contar con cinco saltos y poder obtener la insignia de alas básicas.
HISTORIA
En 1946, el general Plutarco Albarrán, en ese entonces capitán, lanzó la primera convocatoria para hacer tropas paracaidistas en México; en 1948 se graduó la primera antigüedad de paracaidistas.
A lo largo del tiempo se han usado distintas cuarteleras, es decir boinas: color beige de 1948 a 1970, negra de 1970 a 1978, morada de 1978 a 1986 y roja de 1986 a la actualidad.
Esta última, utilizada a nivel mundial por los paracaidistas, tiene varios significados: el rojo es la sangre derramada por los paracaidistas, el negro el luto permanente por los paracaidistas caídos, además tiene un cahepetón compuesto por laureles que representan la victoria, un paracaídas que es su medio de transporte, un rayo por la velocidad con la que trabajan, la palabra México, nuestro país; el color azul, el espacio aéreo y una estrella representando el valor que los caracteriza al saltar de un avión.
Con el tiempo se han usado diversos tipos de cascos: para saltos de cinta estática, para maestros de cinta estática y para caída libre militar; lo mismo que botas pesadas en 1948 y otras más suaves y ligeras que permiten aterrizar mejor en la actualidad.
Miriam Aurora Medina Rodríguez, paracaidista perteneciente al segundo batallón de fusileros paracaidistas, cuenta que las alas significan experiencia y se distinguen de acuerdo a sus componentes: de 5 a 29 saltos son alas básicas, de 30 a 59 alas con estrella, y de 60 en adelante alas con estrella y laurel.
“Las alas quieren decir que estas más preparado, tienes más saltos, más experiencia, aquí todo se adquiere con experiencia, el adiestramiento se maneja de acuerdo a experiencia, los saltos los vas tomando como experiencia porque no todos los salto son iguales, saltas una vez y te puede ir bien, puedes salir bien del avión, el aterrizaje perfecto y hay saltos donde puedes caer mal y te puedes llegar a fracturar”, indicó.
Incluso, los batallones cuentan con diferente equipo, un paracaídas de apertura semiautomática que va enganchado al avión, paracaídas de reserva de apertura manual que salva la vida si el otro no funciona; paracaídas para maestros de cinta estática que son más ligeros y tienen duración de 15 años o de tres saltos; paracaídas de caída libre militar con copa grande y descenso lento, y un paracaídas de caída libre deportivo que es más rápido el descenso.
Estos se usan dependiendo el adiestramiento.
“Para ser reconocido como paracaidista debemos realizar cinco saltos de calificación, el curso básico tiene una duración de un mes que implica dos etapas, etapa de tierra y una semana de saltos de calificación, un salto por día. Aquí los saltos los manejamos por alas, la cantidad de saltos tienen derecho a portar diferentes tipos de ala”, detalló.
Todos los paracaidistas, no sólo de México, tienen como imagen emblemática a San Miguel Arcángel, con quien comparten la semejanza de bajar del cielo a combatir el mal en la tierra, bajo el lema “Del cielo a la misión”.
Israel y Miriam están presentes desde el pasado 4 de febrero en la exposición “Fuerzas Armadas… Pasión por servir a México” en el Centro de Congresos de Querétaro. La entrada a la expo es gratuita, y el horario de 9:00 a 18:00 horas.