Dirk Nowitzki maravilló a la Arena CDMX

Dirk Nowitzki portó una gran sonrisa después de la victoria Mavericks ante los Suns, en el primer juego de dos de la NBA en México. Dallas terminó con una racha de tres derrotas al ganar 113-108 a Phoenix, y los fanáticos mexicanos lo apoyaron en todo momento y él, por segundo juego seguido, anotó más de 15 puntos, a pesar de no ser del equipo que fungía como local.

Eran motivos alentadores para el alemán. Una luz de esperanza en una temporada complicada para él, por su lesión en el tendón de Aquiles que le ha permitido jugar solo 14 partidos, y para los Mavericks, que por diferentes lesiones y problemas en la ofensiva, no han podido desplegar su potencial y están en el penúltimo lugar de la Conferencia Oeste.

Nowitzki fue el más aplaudido en la Arena Ciudad de México. Su etiqueta de estrella fue reconocida. Su esfuerzo para poder jugar 30 minutos, fue valorado.

El pívot alemán no es lo que solía ser en la duela. Le cuesta correr y desplazarse. Sus movimientos son lentos. Llega tarde a las jugadas en la defensiva. No tiene la fuerza para detener a los jugadores mucho más jóvenes y fuertes. Sus promedios esta campaña de 24.6 mpj, y 13.2 ppj, 1.6 apj, y 5.4 rpj, son los más bajos de su carrera, salvo por su temporada de novato en 1998-1999. Y es normal: Su cuerpo de 38 años ya resiente las 19 campañas que tiene en la NBA.

“Ha sido una temporada muy difícil para nosotros en cuanto a lesiones, yo empecé con una lesión a principios de la temporada, estuve dos meses fuera. Lo que es importante es que estaremos más sanos, no vamos a perder de vista los playoffs”, dijo Nowitzki tras la victoria.

La calidad no se pierde. El alemán todavía posee la precisión en el tiro. La carencia física la sustituye con inteligencia para el juego. Grita en la duela cuando lo tiene qué hacer. Se acerca a los árbitros para presionar. Da consejos a sus compañeros.

Ante los Suns, Nowitzki terminó con 18 puntos, incluyendo tres de sus cinco intentos de triples. Fue su tercera mejor actuación en la campaña, en la que se ha perdido 15 juegos por la lesión. Además, Dallas rompió por un momento uno de sus grandes problemas: Anotar puntos. Lo logró, en parte, a que estaban ante una de las peores defensas de la liga.

“Para mí ha sido muy importante jugar tanto tiempo con los Mavericks, hemos tenido buenos y malos tiempos, para mí ha sido un viaje inolvidable, nunca voy a olvidar nuestro campeonato y nuestra victoria en el 2011, no voy a olvidar la ciudad, ni el momento, ni todos los amigos que logré. Jugaré dos años y espero cumplir 20 años en esta gran franquicia y creo que eso es un gran logro para mí”, añadió.

Los 19 mil fanáticos en la Arena Ciudad de México le aplaudieron a Dirk por su esfuerzo esa noche, y por sus logros en su carrera. Aunque el alemán desea jugar una temporada más, es complicado que algún día regrese a México.

Este sábado se llevará a cabo el segundo juego oficial, ahora entre los Soles de Phoenix y los Spurs de San Antonio.