Padre Solalinde afirma que movimiento migratorio es “imparable”
Afirmó que los migrantes “irrumpen” a los países desarrollados como “víctimas de un sistema” que los ha dejado sin oportunidades
El movimiento migratorio es “imparable” y seguirá ocurriendo aunque el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, busque contenerlo, afirmó hoy el padre Alejandro Solalinde al participar en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).
“El movimiento migratorio es imparable, es autónomo, sigue sus propias leyes y lleva en sí los valores” que van a regenerar el humanismo, dijo el fundador y director del albergue Hermanos en el Camino, en el sureño estado de Oaxaca, al intervenir en el Encuentro de Humanistas de la FIL.
Afirmó que los migrantes “irrumpen” a los países desarrollados como “víctimas de un sistema” que los ha dejado sin oportunidades y eso los ha convertido en “agentes de cambio”.
“Ellos son el factor emergente. El norte que está decadente y ha sido tocado y trastocado por el sistema capitalista no los deja entrar, pero del sur viene el cambio” más humanista “donde todas y todos podamos caber”, recalcó.
Solalinde, conocido por su activismo a favor de los centroamericanos que cruzan México para llegar a EE.UU., en busca de oportunidades, dijo que los emigrantes pues son un factor catalizador del mundo y “lo están polarizando” a favor de la justicia y las causas humanas y “en contra de la deshumanización”.
“Trump va a pasar, (pero) los migrantes van a seguir”, dijo el cura, quien calificó de “suicida” el anuncio del presidente electo sobre la expulsión de tres millones de indocumentados.
En el encuentro estuvo presente Wilson Stothart Machado, migrante hondureño que estuvo preso durante más de un año y al sacerdote que Solalinde invitó para dar su “testimonio”.
El joven centroamericano contó que fue forzado a salir de su país por una “violencia estructural”.
“Los seres humanos ya no tienen valor y son mercancías” y “los territorios valen más que quienes los ocupan”, afirmó y culpó a los medios de crear una mala imagen de los migrantes centroamericanos y de pintarlos “como lo peor de lo peor”, aunque muchos “no lo somos”. EFEMEX