Entre expresiones de felicidad, presos indultados vuelven con sus familias
Los casos expuestos ante la comisión de indultos para el 2016 fueron 16, de los cuales solo nueve fueron aceptados
En el Centro de Readaptación Social pasaron momentos de angustia, vivieron con soledad, arrepentidos de haber cometido un delito que los obligó a pasar varios años internos, alejados de sus madres, sobrinos, esposas… familias.
Tláloc Eduardo Ramírez Rangel, originario de Fresnillo, Zacatecas, ingresó por haber rayado una infraestructura municipal y salió del Cereso después de un año y un mes de haber estado preso; ahora, está arrepentido del delito que cometió y gracias a la oportunidad, dicho por él, que le brindó el gobernador, regresará a su lugar de origen con su familia.
“Nos ha dado la oportunidad de liberarnos antes de tiempo, con la institución que me ayudó todos estos días trabajando, estudiando, con el estado de Querétaro. Soy mexicano, estoy agradecido con el gobierno. El Cereso es como una escuela, debes tener un comportamiento bueno, te portas mal el maestro te tiene que castigar y son castigos menores según el delito. Me voy de aquí, a Fresnillo”, dijo.
Ramírez Rangel logró concluir sus estudios de primaria y secundaria al interior del Cereso; luego de haber entrado a los 41 años de edad podrá pasar tiempo con su familia.
Con una sonrisa que surcó su rostro, poco pudo hacer para ocultar la emoción que lo invadió cuando recibió su documento de libertad, un documento que le permitirá reincorporarse a la sociedad, trabajar de forma honesta, predicar con el ejemplo.
Así como Eduardo, Juan Carlos Vázquez Estrada estuvo interno dos años por el delito de robo y ahora no sabe cómo expresar su felicidad tras recuperar su libertad; después de haberse dado cuenta de los errores que cometió, Juan Carlos ahora quiere ser jardinero, tras haber aprendido de cocina y carpintería.
“Tuve una buena experiencia para reintegrarme a la sociedad. Pude estudiar, pude trabajar, puede hacer muchas cosas buenas dentro de la institución; estudié primaria y secundaria, y estuve en carpintería, en la cocina y ahora trabajaré de jardinero”, mencionó.
Para sus familias no es diferente: Yolanda Solís Ramírez, madre de uno de los indultados, con lágrimas de felicidad, externó que esta experiencia marcó la vida no sólo de su hijo, sino de toda la familia, pues al ser madre soltera, trabajando día y noche, se enfrentó a noches de tristeza, mientras en el día se dedicaba al resto de su familia.
“Es un desgaste para él, para mis hijos, es soltero y bendito sea Dios ahorita me lo dan a mí. Es muy difícil verlos ahí, encerrados, sin tenerlo con nosotros, sus hermanos que lo adoran mucho. Para ir al Cereso a veces teníamos dinero, a veces no, para llevarle un taco; somos de Tequis e íbamos a San Juan a verlo, pero soy madre soltera e ir implicaba un gasto”, expresó.
Por su parte María Mercedes Pérez Quintanar, cuñada de otro de los indultados de nombre Salvador Chavarría Jiménez, reconoció el apoyo que le brindaba Salvador con su hijo, ahora de dos años de edad, tiempo que estuvo preso, y que permitirá unir nuevamente a su familia.
“Es algo bonito que se siente, tanto tiempo sin verlo, íbamos a verlo, pero no seguido, a veces porque no había dinero, pero ahorita es una emoción grande porque mi hijo lo va a conocer, tenía un mes de nacido cuando se lo llevaron. El 26 de octubre salía”, comentó.
Para los indultados salir representa una nueva oportunidad, personal, laboral y profesionalmente; para sus familias la emoción de saber que nuevamente podrán estar unidos, en familia, celebrando su libertad.
Cabe señalar que los casos expuestos ante la comisión de indultos para el 2016 fueron 16, de los cuales nueve personas fueron recomendadas por los comités técnicos interdisciplinarios de la dirección general de reinserción social, y siete personas privadas de la libertad que por sí mismas solicitaron ser consideradas para el indulto.