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Casos de atletas intersexuales y transgénero roban la atención

Por Staff Códice Informativo - 04/08/2016

De acuerdo con especialistas en medicina deportiva de diferentes partes del mundo y de la Comisión Médica del Comité Olímpico Internacional, Semenya es hiperandrogena, lo que quiere decir, que su cuerpo produce enormes cantidades de testosterona

 Casos de atletas intersexuales y transgénero roban la atención

Sin duda que una de las figuras mas mediáticas que participarán en los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, es la subcampeona olímpica, campeona mundial y subcampeona del mundo de los 800 metros planos, la sudafricana Caster Semenya, quien ha estado en el ojo del huracán por su situación biológica que la ha ubicado en un grupo que ahora es mencionado como Intersexual, un término que hoy en día se ocupa más que el ya famoso de “hermafrodita”.

Este término en general se refiere a una persona que nace con ciertas características sexuales que no pueden ser clasificados como hombre o mujer simplemente, esto, de acuerdo con la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Los deportistas Intersexuales están en medio de la controversia que existe sobre las diferencias de género, derechos humanos y deportivismo.

Semenya es la gran favorita para ganar los 800 metros planos en Río e incluso se espera que rompa el más añejo récord mundial de atletismo que existe, la marca de 1:53:28 establecido en 1983 por Jarmila Kratchoviliva de la hoy desaparecida Checoslovaquia, acusada de haberse dopado para dar esa marca, tal y como sucede con la de la alemana del este, Marita Koch, quien en Canberra, Australia impuso la marca de los 400 metros planos que sigue vigente, en 1984. En ambos casos jamás ha podido ser comprobado que se doparon.

Hace un año, durante el campeonato del mundo de atletismo, Semenya no pudo ni siquiera calificar a las semifinales en Beijing en los 800 metros, pero este año, la atleta sudafricana ganó las pruebas de 400, 800 y 1500 metros en el campeonato nacional de su país, con un importante detalle, que las tres pruebas se celebraron el mismo día.

Semenya registró la mejor marca del año en los 800 metros con un tiempo de 1:55:33, la mejor desde hace 8 años, razón por la que se cree que la sudafricana está compitiendo en estos días con elevadísimos niveles de testosterona, más aún al revisar sus marcas cada 200 metros, que la marcan como candidata a imponer un nuevo récord del mundo.

LA POLÉMICA. De acuerdo con especialistas en medicina deportiva de diferentes partes del mundo y de la Comisión Médica del Comité Olímpico Internacional, Semenya es hiperandrogena, lo que quiere decir, que su cuerpo produce enormes cantidades de testosterona, una hormona que ayuda a aumentar el volumen muscular, la resistencia y la velocidad. Esta situación obligó a la Federación Internacional de Federaciones de Atletismo, el órgano regulador del atletismo, a establecer los límites entre los cuales, una atleta es admitida y elegible para participar en una prueba oficial, indicando la cantidad de testosterona funcional que se le permite tener en su cuerpo, aunque esos límites han quedado, por el momento, descalificados.

Y es que la Corte de Arbitraje Deportivo decidió suspender el año pasado esas regulaciones, debido a que consideró que no había suficiente evidencia médica que soportara que esos niveles tan elevados de la hormona, significaran un incremento en el rendimiento de las atletas. La suspensión en vigencia, es de dos años, por lo que los Juegos de Río han quedado en la ventana actual, permitiendo a las atletas Intersexuales, competir sin ningún tipo de supervisión sobre este asunto, como es el caso de Semenya. A pesar de muchas protestas, son más los que aplaudieron la suspensión, a la que consideraron un triunfo de los derechos humanos de las atletas.

ANTECEDENTES. Semenya ganó los 800 metros planos en el campeonato del mundo del 2009 a la edad de 18 años con un registro de 1:55:45, que figura entre los más rápidos de todos los tiempos, y que levantó airadas protestas en su contra, que incluyeron comentarios injustificados y misóginos.

Tanto el Comité Olímpico Internacional como la IAFF tenían políticas muy vagas en el tema de la verificación de genero sexual, en las que sólo se consideraba la medición de los niveles de testosterona. Vino entonces el caso de Semenya y la IAFF decidió establecer los límites hormonales, que equivalían a tres veces el nivel que casi la totalidad de las competidoras había registrado en los recientes campeonatos del mundo.  El COI hizo eco de la medida y fue aplicada en los Juegos de Londres 2012, donde Semenya ganó la medalla de plata, atrás de la rusa Mariya Savinova que no regresará a competir tras el escándalo de doping sistemático de Rusia.

Algunos estudios señalan que los atletas intersexuales podrían tener una ventaja hormonal respecto a sus competidoras en los Juegos de Río. Aunque es una realidad que en el deporte, regularmente hay deportistas que tienen una ventaja sobre otros, por ejemplo, brazos mas largos, piernas mas largas, mayor altura, por lo que cada día se vuelve más complicado establecer reglas para mantener los niveles de competitividad.

Básicamente, la cuestión de estos niveles de testosterona tiene que ver con proteger a las atletas mujeres y dar a los atletas intersexuales y los de transgénero (que no es lo mismo) una oportunidad para competir.

Recientemente, fue llevado al Tribunal de Arbitraje Deportivo el caso de la competidora de la India Dutee Chand, quien fue la primera mujer de su país en casi cuatro décadas en calificar en los 100 metros planos a los Juegos Olímpicos, y que fue llevada a proceso y suspendida en 2014 debido a los altos niveles de testosterona que le fueron encontrados.

Durante la regulación que se dio, se obligó de la misma manera a atletas transgénero e intersexuales, a tomar los mismos medicamentos para reducir sus niveles de la hormona masculina.

SIN CONFUSIÓN… Hace 40 años en los Juegos Olímpicos de Montreal, Bruce Jenner ganó la medalla de oro para los Estados Unidos en el decatlón, y hoy en día, es la mujer transgénero más famosa del mundo. Sin embargo, de haber hecho ese cambio antes de los Juegos Olímpicos, no podría haber competido en la rama femenil. Sin embargo, las nuevas regulaciones, le habrían permitido participar en Río 2016, la primera edición de los Juegos que abiertamente ha dejado el camino libre a los olímpicos transgénero.

Un caso aparte es el de los atletas intergénero, quienes no se reconocen a si mismos como hombres o mujeres, y que deberán ajustarse a las regulaciones. Un caso particular es el de G Ryan, una atleta norteamericana, que compite por el equipo femenil de natación de Michigan, y que incluso participó en las eliminatorias olímpicas de Estados Unidos. Ryan ha señalado que el deporte sólo ofrece dos opciones, hombres o mujeres y que ella no esta en particular en ninguno de los dos campos, pero que representa al equipo femenil de Michigan y que entiende las preocupaciones que hay cuando deportistas hombres trascienden a ser mujeres deportistas, haciendo énfasis en que los atletas “trans” de ninguna manera afectan la limpieza del deporte. “Las cosas son como son, cuando están a la vista”.

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LA CONCLUSION

Los atletas transgénero que decidieron hacer la transición de hombres a mujeres, son ciento por ciento elegibles para participar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro sin tener que recurrir a una cirugía, pero si les será exigido mantener los niveles de testosterona, mientras que los intersexuales, como el caso de Semenya, no tendrán tales restricciones.

Bajo los nuevos estándares, las mujeres que hacen la transición a hombres no tienen ninguna regulación, mientras que antes, en el caso de hombres que se convirtieron en mujeres, requerían haberse hecho cirugías genitales y un tratamiento hormonal de al menos 2 años.

En caso de que la Corte de Arbitraje Deportivo decida reinstalar el año próximo las medidas de la IAFF, entonces nuevamente, los atletas intersexuales, tendrán la obligación de enfrentar cirugías en su cuerpo para modificarlo y mantener procedimientos médicos para cumplir con las normas, lo que ha sido enfrentado con mucha fuerza por activistas de género, quienes argumentan que esto es un atentado a los derechos humanos de las personas.

 

 

 


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