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Histórico triunfo de Djokovic en Francia

Por Staff Códice Informativo - 05/06/2016

El serbio y número uno del mundo comenzó mal la final de Roland Garros, pero luego sacó todo su potencial y terminó arrasando 3-6, 6-1, 6-2 y 6-4 a Andy Murray, con lo que ganó el Grand Slam que le faltaba

 Histórico triunfo de Djokovic en Francia

Novak Djokovic comenzó mal la final de Roland Garros, pero luego sacó todo su potencial y terminó arrasando 3-6, 6-1, 6-2 y 6-4 a Andy Murray, con lo que ganó el Grand Slam que le faltaba.

Es el octavo jugador en la historia que levanta los cuatro títulos grandes de la ATP en su carrera, Fred Perry, Don Budge, Rod Laver, Roy Emerson, Andre Agassi, Roger Federer y Rafael Nadal lo hicieron antes.

Este es el título 12 de los grandes para Djokovic, igualando a Roy Emerson, quedando a dos de Pete Sampras y Rafael Nadal y a cinco del máximo ganador de esta categoría, Roger Federer.

Además, Nole conquistó todos los grandes de manera consecutiva, aunque en diferentes años, y ahora está en disposición de ganar los cuatro en la misma temporada, algo que no sucede desde que Rod Laver lo hiciera en 1969.

Djokovic, de 29 años, suma su duodécimo triunfo en un Grand Slam, con lo que iguala con el australiano Roy Emerson, y se queda a dos del español Rafael Nadal y del estadounidense Pete Sampras, y a cinco del suizo Roger Federer.

Una espera que le han convertido en el tenista que ha acabado ganando en París tras haber acumulado más participaciones. A la cuarta, en la segunda final más repetida en la historia de los grandes, el serbio se quitó una espina que empezaba a convertirse en una obsesión, que rondó por su mente cuando Murray, que jugaba su primera final en Roland Garros en busca de su tercer grande, se adjudicó la primera manga.

El escocés, dominaba los peloteos y dictaba el ritmo del partido, hasta el punto de acallar a una ruidosa pista Philippe Chatrier que en un ambiente de Copa Davis, parecía más proclive al serbio.

Djokovic comenzó rompiendo el saque de su rival, pero el británico reaccionó apuntándose cuatro juegos consecutivos, una ventaja que mantuvo hasta el final. El serbio parecía desconectado y por su mente rondaban los fantasmas de Jimmy Connors, John McEnroe, Stefan Edberg, Pete Sampras o Boris Becker, su actual entrenador, todos ellos números uno, que dejaron la raqueta sin triunfar en París.

Arriba en el marcador, Murray, que nunca había perdido un partido en Roland Garros tras ganar el primer set (27 de 27), se veía capaz de derrocar al número uno, como había hecho hace tres semanas en la Final del Masters 1000 de Roma. Pero el serbio mantuvo la compostura y no perdió la fe en la remontada.

Un 3-0 de entrada en el segundo set puso el parcial de su lado, ventaja que agudizó en el sexto juego para, en el siguiente, apuntárselo con su servicio.

Por momentos el partido, que en sus primeros instantes era una épica batalla, tenía un solo hombre en la tierra batida. Djokovic recuperó su mejor tenis, el que le ha llevado al trono del tenis actual y a ganar cinco títulos antes de llegar a París.

La tercera manga fue un monólogo. Murray dejó entrever que la quincena pesaba en sus piernas. No en vano, el escocés tuvo que levantar dos sets en contra en sus dos primeros partidos y posteriormente también cedió sets contra Richard Gasquet en cuartos y ante Wawrinka en semifinales.

Más fresco el serbio, que sólo había perdido una manga, ante el español Roberto Bautista, ya no estaba dispuesto a dejar escapar el torneo que le obsesionaba. Nunca antes había ganado dos sets en una final en Roland Garros. Nunca antes había tenido su sueño tan cerca.

Djokovic encadenó cinco juegos consecutivos y dejó listo el parcial, 2-1 arriba, mucha montaña que escalar para Murray.

Rotura de entrada en la definitiva y otra vez más en el séptimo juego le propulsaron hacia el triunfo. Solo el vértigo de la victoria le hizo temblar en el último tramo. Murray, que ha perdido 8 de las 11 finales que ha disputado, recuperó uno de los quiebres, en la primera vez en las que servía para ganar.

Pero a la segunda, el británico dejó la pelota en la red y abrió a Djokovic la puerta de la gloria.

 

 

 


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