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Continúa el cuento de hadas de Islandia

Por Staff Códice Informativo - 22/06/2016

En su primera participación en una Eurocopa, los islandeses calificaron a los octavos de final, tras vencer 2-1 a Austria y ahora se medirán a Inglaterra

 Continúa el cuento de hadas de Islandia

Islandia se confirmó como el equipo revelación de la Eurocopa 2016 y logró un histórico pase a octavos de final, tras vencer 2-1 a Austria.

Con una población de 330 mil habitantes, de los que uno de cada 10 han comprado entradas para la Eurocopa, los isleños muestran una pasión y una convicción solo comparables a las de otros pequeños países que se están rebelando en este torneo, como Gales.

En todo el país sólo hay siete campos de futbol cubiertos: durante gran parte del año las gélidas temperaturas impiden la práctica de este deporte. Poco les importó a estos vikingos islandeses, que en Saint-Denis dieron una lección de raza y carácter.

Animosos, pero también jugando al futbol, Islandia le arrebató la pelota a Austria, que nunca pareció muy interesada en tenerla hasta que se vio por detrás.

Fruto de ese dominio incontestable llegó el gol en el minuto 18. Un saque de banda al área del capitán Gunnarson fue peinado por el central Arnason, lo que permitió a su ariete Bödvarson controlar y rematar dentro del área ante la pasividad de la defensa.

Más por insistencia que por futbol, los centroeuropeos gozaron de una gran ocasión para iniciar su remontada en la primera parte, con un penalti por agarrón clarísimo a Alaba cuando trataba de rematar de cabeza.

Tras el descanso, la agonía islandesa sólo fue a más. La afición acogió con un rugido la salida al campo de la joven promesa Alessandro Schöpf, del Schalke alemán. Y parece que tenían razón para hacerlo.

Islandia renunció por completo al balón y se sometió a un asedio que olía a gol en cada acometida.

Al cuarto de hora, Schöpf, bien habilitado por el jugador del Bayern Múnich -que creció un mundo en la segunda mitad-, regateó bien a un defensa en la frontal y fusiló de tiro cruzado a Halldorsson.

Los austríacos lo probaron de todas las maneras posibles, con remates de Janko, Alaba o Schöpf, que siempre fueron bien repelidos por el meta Halldorsson.

Con todos los centroeuropeos metidos en el área islandesa, un contraataque de tres nórdicos solos frente al portero Almer permitió a Traustason escribir el capítulo más bello en la historia del futbol islandés.

 

 

 


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