Marihuana, una realidad en Querétaro
Cifras indican que la marihuana es la droga ilegal de mayor consumo en el estado
En el estado de Querétaro, la marihuana es una de las drogas ilegales preferidas por los consumidores y dado su bajo costo, la facilidad de acceso o diferentes factores, esta sustancia se ha hecho presente en algunas colonias de la capital y la zona metropolitana.
A unos días de que autoridades municipales de El Marqués descubrieran una vivienda donde se plantaba la hierba cannabis en la comunidad del El Rodeo, la Procuraduría General de la República (PGR) informó a Códice Informativo que en el último año esa instancia federal no tiene registro de cultivo o plantaciones de marihuana en la entidad.
Según la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) de 2011, en el estado de Querétaro el 1.2 por ciento consume marihuana, 0.5 por cocaína y el consumo de otras drogas (inhalables, anfetaminas y alucinógenos presentan prevalencias inferiores representa 0.2 por ciento, lo que muestra una preferencia por esta hierba.
En entrevista otorgada el 19 de diciembre de 2012 por el titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado, Arsenio Durán Becerra, para dar el balance de aseguramientos de droga ese año, se informó que fueron 455 dosis de cocaína que equivalían a mil 436 gramos, por 52.46 kilogramos de marihuana, siendo la hierba más asegurada hasta el año pasado.
En la ciudad de Querétaro la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Querétaro en datos otorgados a este medio señala que en lo que va de 2013 existen algunas zonas donde se han presentado mayores aseguramientos de sustancias tóxicas, aunque no especifica qué tipo de droga.
El Centro Histórico con 63 aseguramientos, Cerrito Colorado con 17, Lomas de Casablanca con 16 y Desarrollo San Pablo con 12, son los lugares donde ha sido decomisada algún tipo de sustancia tóxica y derivado de los operativos implementados, 301 personas han sido puestas a disposición del Ministerio Público.
En el año 2009, el Senado aprobó la Ley contra el Narcomenudeo, que sanciona con 15 años de prisión a quien practique esa actividad, contemplando un posible incremento de sentencia hasta 30 años en caso de que el delito se cometa cerca de una escuela o sea ejercida por un servidor público.
En este paquete de reformas se aprobó el despenalizar en el país dentro de la Ley de Salud las cantidades mínimas de posesión para consumo individual, permitiendo dosis de cinco gramos en el caso de la marihuana y 500 miligramos de cocaína, dentro de la ley.
· Droga en universidades y ámbito social
La droga se ha hecho presente también en algunos centros de estudio, a decir de personas que la consumen y prefirieron guardar el anonimato.
Es el caso de la Universidad Autónoma de Querétaro, el estudiante Pedro” comenta que algunas facultades como la de Psicología (donde estudia), Bellas Artes o Ciencias Políticas y Sociales son algunos puntos donde se consume la marihuana, aunque detalla que no existe comercialización al interior, y que algunos estudiantes portan dosis menores para consumo propio que consiguen fuera de los planteles educativos.
“Pedro” narra que esta situación se llega a presentar en otros planteles educativos, en donde debido a los contactos que se tienen en algunos círculos, se llegan a ofrecer dosis a estudiantes consumidores de diferentes universidades para que estos compren la hierba en un inicio, para que posteriormente se conviertan en vendedores en su institución con su círculo de conocidos que consumen la marihuana.
En ocasiones existen las denominadas “importaciones”, que más allá de ser tráfico de drogas como negocio, es un reto y síntoma de estatus en círculo de consumidores. Se trata de traer droga de otros puntos del país o extranjera, ya sea por viajes personales o conseguirlas con conocidos, para qué el que tenga la mejor hierba pueda ser respetado dentro del círculo.
“Viajábamos a las playas, en Michoacán, Guerrero, ahí conocíamos personas que también les latía el cotorreo, y nos rolaban un churro o un guato, y lo traíamos a Querétaro para que la banda la probara”, narra “Pedro”.
Incluso, estudiantes foráneos que consumen marihuana y que estudian en Querétaro, se han dedicado a comercializar droga “extranjera” en planteles de la entidad como es el caso de “Noe”, estudiante de una universidad privada y originario de Michoacán. Él comenta que con algunos conocidos en Morelia llegó a conseguir hasta tres costales de marihuana al mes para su distribución en universidades, colonias y conocidos consumidores, a quienes les vendía cada vez que podía traer el producto de territorio michoacano.
Algunas de las universidades señaladas por este “dealer”, como centros de consumo son la UAQ, el Instituto Tecnológico de Querétaro, Universidad Liceo, Preparatorias Norte y Sur de la UAQ y algunos Colegios de Bachilleres de Querétaro (COBAQ). Aunque también se tuvo registro de clientes que eran estudiantes de la Universidad del Valle de México, campus Querétaro.
Finalmente, en conciertos, eventos públicos o partidos de futbol, la marihuana es ingresada de diferentes maneras por algunos jóvenes, quienes la consumen en cantidades menores (menos de un cigarrillo) que alcanza para tres o cuatro personas, las cuales suelen comprarla en común.
· Comercialización y modus operandi
Uno de los factores para que la marihuana sea de las drogas más consumidas en el estado, se refiere al precio, pues se puede comprar desde 50 pesos hasta grandes cantidades e incluso, hay quienes venden un cigarrillo ya preparado en 40 o 50 pesos, esto a decir de “Pedro”.
Algunos taxistas entrevistados por Códice Informativo comentaron que el modus operandi de algunos narcomenudistas en la capital es hacer las transacciones vía telefónica, donde el cliente debe conocer a alguien que ya haya sido cliente anterior de un vendedor, para contactarlo por teléfono y verse en algún punto común.
El vendedor la mayoría de las veces da una cantidad de dinero al taxista para que éste no denuncie el hecho ni la transacción ilegal, y sólo lleva al “dealer” a “dejar el pedido y retirarlo del lugar”.
“Vas y llevas a la persona, algunos ya tienen su taxista de cabecera, y sabemos a qué vamos, pero mientras no se haga en el carro la venta nos podemos deslindar (…) vamos, los llevamos, se bajan y en menos de cinco minutos ya vamos de regreso con el dinero, si los chamacos ven que nos les quedamos viendo, hay nos dan 50 o 100 pesos para que no los bajemos o le llamemos a la policía”, aseguró Julián, taxista en Querétaro.
En lugares públicos también se pueden encontrar a plena luz del día establecimientos o vendedores ambulantes en el Centro Histórico, que ofrecen pipas en general, siendo este uno de los puntos preferidos por los consumidores para conseguir lo necesario para poder fumar la hierba.
Aunque este producto es muy comercial entre los consumidores, el acceso no lo es tanto, pues se requiere entrar a un círculo de consumidores, quienes contactan al mismo proveedor o ellos mismos proveen a los recién ingresados.
La marihuana no se ofrece en cualquier esquina ni se identifican puntos de venta por parte de quienes no están en el circulo de consumidores, dice categórico “Pedro”.
Las ganancias por este ilícito suelen ser pocas, pues “Pedro” explicó que en Querétaro no existen grupos del crimen organizado que controlen la compra–venta, sino que cada persona de manera individual se dedica “al negocio” y se forman grupos para la comercialización, pero con zonas bien distribuidas.
“En Peñuelas no nos metemos, porque ahí ya tienen quien les venda; en Lomas, San Pablo, Satélite, cada zona ya tiene sus vendedores, y si alguien de allá nos pide le vendemos, pero cada quien trabaja por su cuenta”, dijo a Códice Informativo.
En promedio, algunos dealers en Querétaro llegan a comprar hasta dos mil pesos de marihuana en un mes, una parte la consumen y la otra la comercializan, pero las ganancias se duplican en ocasiones, puesto que se venden en cantidades mínimas de 50 pesos y si el producto es bueno les da oportunidad de “machacarlo” y que la droga sea más fina y en mayor cantidad, aunque sin perder su esencia. Es ahí cuando se llegan a tener ganancias de hasta cinco mil pesos, aunque esto depende de lo cada distribuidor compre, pues algunos solo venden lo que les queda del consumo personal, sin llegar a invertir más de mil pesos al mes.
La cocaína, el crack o el cristal son las que mayores ganancias dejan a quienes se dedican al narcomenudeo en la entidad.