25 años de toros en Juriquilla
La plaza de toros de Provincia Juriquilla echó la casa por la ventana en una gran fiesta de celebración por sus 25 años. Botas de vino, fuegos artificiales, la orquesta sinfónica y la tauromaquia convivieron en una noche mágica.
La Plaza empezó a llenarse alrededor de las 19:30 horas. Queretanos y fanáticos de la fiesta brava, todos vestidos elegantemente y muy adecuados de botas y chamarra de piel, algunos con sombrero, desfilaban buscando sus asientos y saludando conocidos.
Desde el principio se sentía la alegría. La Orquesta Filarmónica de Querétaro ocupaba el puesto de honor: ellos estaban encargados de animar la fiesta esta noche.
A las 20:00 horas, se escucharon las trompetas que anunciaban que el espectáculo estaba por iniciar. Todos con alguna bebida en mano, se sentaron a ver el desfile de los toreros, con sus elegantes trajes de luces, y la salida del primer toro.
La primera mitad de la corrida transcurrió sin mayor eventualidad; dos matadores y dos rejoneadores dictarían el cartel esta vez: Pablo Hermoso de Mendoza, Octavio García “El Payo”, Rodolfo Bello y Alejandro Talavante.
Al terminar el cuarto toro, bajaron las luces de la plaza e inició un concierto por parte de la Filarmónica, mientras, en conjunto, fuegos pirotécnicos de todos los colores iluminaron el cielo y los alrededores del recinto. Un espectáculo piromusical, que duró alrededor de 10 minutos, digno de una gran celebración de 25 años.
En la segunda mitad, las botas de vino estaban más vacías y el ambiente en la plaza era más alegre. La zona de Sol organizaba concursos de quién duraba más segundos tomando vino, y todo el lugar aplaudía el valiente acto. Cada vez la convivencia se vuelve la prioridad y los toros parecen ir perdiendo importancia.
Después de algunas orejas, muchas estocadas, varias copas y unas horas, todos los aficionados, y los no tanto, se amontonaron en las salidas dirigiéndose al estacionamiento o al Corredor Gastronómico, a comer algo o, seguramente, a seguir bebiendo.