Presunto sicario del crimen organizado trabajaba en Querétaro

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal esclareció el homicidio de una persona encontrada en una maleta en el interior de una camioneta abandonada en la colonia San Lorenzo Tlaltenango, delegación Miguel Hidalgo.

La víctima estaba atada de las rodillas con cable de luz y llevaba entre cuatro y seis días de muerto, así lo informó dicha instancia mediante un comunicado de prensa.

Elementos de la Policía de Investigación detuvieron, en inmediaciones de una central camionera, a Fernando Adrián Atayde Rivera, presunto responsable, con el apoyo de imágenes obtenidas en las cámaras de video del Programa Bicentenario, que al ser analizadas registraron cuando una grúa llevó la camioneta Suzuki, tipo Gran Vitara, color negro, a la avenida Ingenieros Militares.

Durante la inspección se encontró en el guarda-equipaje una maleta negra con el cuerpo de una persona, identificada como Ismael Isassi Ramiro.

El occiso vestía únicamente ropa interior, estaba amarrado por las rodillas con cable y el cuello estaba enredado con cinta de nylon; el cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición.

En la secuencia de imágenes, se analizó el rostro de la persona que contrató el servicio, desde que le hizo la parada a la grúa, hasta el lugar del hallazgo, y Policía de Investigación logró establecer que dicha persona, de nombre Fernando Adrián Atayde Rivera, trabajaba en el estado de Querétaro y cotidianamente venía al Distrito Federal, por lo que se estableció vigilancia en una Central Camionera, donde fue detenido y presentado ante el Ministerio Público de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Homicidio.

En su declaración ministerial, el presunto delincuente mencionó que fue contratado, vía telefónica, por quien sólo conoce con el indicativo de JC para realizar dicho trabajo y que además le ofrecieron cuidar una casa en el estado de Querétaro, donde le proporcionaron un arma de fuego para cumplir con la custodia del inmueble, pero le ordenaron -vía telefónica- que regresara a su domicilio de la Ciudad de México, donde recibió instrucciones de dejar el cadáver de la víctima en los límites del Estado de México.

Como parte de las diligencias, agentes de la Policía de Investigación se trasladaron al inmueble señalado en el estado de Querétaro, donde se percataron que estaba asegurado por la Procuraduría General de la República.

Se solicitó información a la PGR, cuyas autoridades señalaron que la vivienda está relacionada con una averiguación previa del orden federal y bajo su resguardo.

Mediante oficio de colaboración con la Procuraduría General de la República y la Procuraduría General de Justicia del Estado de Querétaro, se permitió el acceso al domicilio al personal ministerial de la Fiscalía de Homicidios con el apoyo de binomios caninos para la búsqueda de posibles cadáveres, con resultados negativos.