El debate desde afuera: entre banderas y matracas
Crónica del debate desde las afueras del auditorio Fernando Díaz Ramírez de la UAQ
La plancha de Rectoría de la Universidad Autónoma de Querétaro se pintó de colores la tarde de este martes, para celebrar el primer debate entre candidatos a la Presidencia Municipal de Querétaro. Hasta dicho sitio llegaron los candidatos: Armando Rivera del Partido Acción Nacional, Roberto Loyola de la coalición “Compromiso por Querétaro”, Adolfo Camacho del Partido de la Revolución Democrática, José Luis Aguilera Rico de Movimiento Ciudadano y José Antonio Zumaya del Partido del Trabajo.
Desde muy temprano comenzaron a llegar los primeros simpatizantes; niños, mujeres y jóvenes con playeras rojas en apoyo a Roberto Loyola arribaron apenas llegadas las cuatro de la tarde. Camionetas con lonas, pancartas, banderas y globos rojos, ocuparon rápidamente los accesos principales a la fuente de Rectoría.
Media hora más tarde, unas 300 personas con playera en azul con la leyenda “Armándolo juntos”, llegaron al lugar. Con más banderas, blancas todas ellas, pero con menos ruido, pues el grito de los casi 500 simpatizantes del PRI opacaron su porra, la cual intentaban arreciar al ritmo de una matraca y un altavoz.
Pasadas las cinco de la tarde llegaron los simpatizantes del aspirante del PRD, Adolfo Camacho. En menor número, unos 40 aproximadamente, con banderas amarillas y al grito de “no somos acarreados” realizaron un “pasillo” para esperar a su candidato; pues el grueso de la plancha había sido copado por el rojo y el azul.
El Partido del Trabajo no quiso quedarse atrás, al igual que el candidato de Movimiento Ciudadano; aunque estos dos aspirantes, con menos porra, pues eran la mayoría familiares y amigos de los candidatos, unos 20 aproximadamente.
Un par de pantallas con bocinas fueron puestas a las afueras del Auditorio Fernando Díaz Ramírez, para que las personas pudieran escuchar las propuestas de quienes alentaban. Eso exactamente fue lo que ocurrió, pues cuando era el turno de Armando Rivera o Roberto Loyola, sus porras (más nutridas que el resto), coreaban, aplaudían y chiflaban en aliento a su candidato.
La guerra de declaraciones en el interior del auditorio, entre los aspirantes del PRI y el PAN, alcanzaron las afueras del inmueble, pues los seguidores comenzaron a agredirse verbalmente, sin que la situación pasara a mayores.
Cuando el turno de hablar lo ocupaban los candidatos de las izquierdas, nadie hacía ruido, era todo rojo y azul en una tarde que ofreció a los asistentes del debate un calor de 30 grados centígrados, según el Sistema Meteorológico Nacional.
Faltaban 15 minutos para las ocho de la noche, cuando salieron los candidatos. El primero en abandonar el recinto fue José Antonio Zumaya del PT, pasó casi desapercibido y no se requirieron vayas de seguridad para que pasara por en medio del lugar.
Posteriormente salió José Luis Aguilera Rico de Movimiento Ciudadano, 10 minutos más tarde que su homólogo petista. Fue entrevistado por tres o cuatro medios, y salió escoltado por sus seguidores. A su paso en medio de las porras del PAN y del PRI, fue abucheado por algunos, pero esto no pasó a mayores.
En tercer lugar se despidió Adolfo Camacho, del PRD, a quien pocos medios abordaron y que pasó sin pena ni gloria por el debate, pues los corazones de los asistentes palpitaban por ver quién sería el primero en salir, si Roberto Loyola o Armando Rivera.
Fue el candidato del PRI quien abandonó el auditorio llegadas las 8 de la noche. Asediado por los medios se detuvo a dar algunas entrevistas, fue escoltado por personal de seguridad de la UAQ, pues los panistas lo abuchearon, mientras los priístas le aplaudian.
Finalmente se despidió Armando Rivera del PAN, cuya su salida provocó disputas entre las porras, quienes lo defendían o insultaban, dependiendo de los colores, azul a favor, rojo en contra. Ya casi descendía de las escaleras, cuando un grupo de 6 trabajadoras sexuales, encabezadas por su lidereza, Mónica Mendoza, lo esperó con pancartas de protesta que lo señalaban como “corrupto”, entre otros insultos.
Rivera Castillejos no se acercó a ellas, y fue custodiado por el personal de seguridad hasta su camioneta. Las sexoservidoras posaron para las cámaras, mientras disparaban insultos en contra del candidato balnquiazul.
Al final saldo blanco en el debate, no se reportaron personas lesionadas y llegadas las 9 y media de la noche todo regresó a la normalidad, en un primer ensayo que tendrá su segunda parte este 7 de junio, en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).