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Máximas mínimas políticas

Por - 02/07/2013

¿Es usted un alcalde desesperado porque se acerca el día de su informe y sus asesores de comunicación no dan pie con bola en la […]

 Máximas mínimas políticas

¿Es usted un alcalde desesperado porque se acerca el día de su informe y sus asesores de comunicación no dan pie con bola en la preparación del discurso? ¿Ya tiene los espectaculares, los spots rotan todo el día en radio y tv pero no logra despertar el entusiasmo de las masas?

No se preocupe, todo podría ser peor, como decir una barrabasada en pleno informe y ser blanco de memes en redes sociales y ganarse el desprecio de la historia.

Para ello, le presentamos una recopilación de las peores frases dichas no sólo en informes, sino en cualquier circunstancia política, para que usted querido alcalde, no las repita. Son palabras que marcaron época como sinónimo del narcisismo y la tragedia política mexicana.

Si hubiera parque, usted no estaría aquí: Pedro María Anaya. Dícese de cuando tienes una batalla perdida y hay que fingir dignidad ante el invasor, en este caso gringo. Pueden aplicarse variantes modernas como: Si hubiera tenido suficientes votos usted no estaría aquí o algo similar.

Encierro, destierro o entierro. La famosa ley de los tres “ierros” (así, sin hache) implementada desde el Porfiriato y que alcanzó su esplendor durante el Priato. Muchos opositores desistían ante el primer “ierro”.

(2 de octubre) Hoy fue un día soleado. Jacobo Zabludovsky. Máxima aplicable cuando se quiere evadir un tema escabroso. Una variante popular es: Mira, lo importante es que tenemos salud.

En política la moral es un árbol que da moras o vale para pura chingada. Gonzalo N. Santos. Supongo que ésta frase no necesita mayor explicación pero que sigue vigente en muchos políticos, da igual si son del PRI, PAN o PRD.

Ni nos beneficia, ni nos perjudica, sino todo lo contrario. Locuaz el presidente Echeverría, creía que acuñaba aforismos cargados de filosofía para la posteridad, cuando en realidad sus frases eran hilarantes y daban pena ajena.

Defenderé el peso como un perro. El presidente José López Portillo en un arrebato de nacionalismo y cursilería, derrotado ante la crisis que se venía y macho como era, retó, pese a todo, a la economía y ladró amenazante. En respuesta, el peso se devalúo. Lloró, como solía hacerlo en sus informes. 

Aquí en Querétaro el único que hace política soy yo: Rafael Camacho Guzmán. Es la máxima representación de cómo se concentra el poder. Los gobernadores recientes añoran ese férreo control.

No fue tortura, fue madriza: Ignacio Loyola Vera. Explicación semiótica de la diferencia de una golpiza hecha por la fuerza represora del Estado y otra por lo guaruras del góber. No es lo mismo pero es igual, dijo Silvio Rodríguez.

Son hechos aislados. Cuando la inseguridad amenaza, cuando los índices de violencia se disparan, esta frase siempre es de las más recurridas. Siempre va acompañado de un “Querétaro es seguro, los delincuentes son de fuera”. Una variante tras las inundaciones en época pluvial es: “Son lluvias atípicas”.

Con ellos, sin ellos o a pesar de ellos. Genial frase de Armando Rivera Castillejos con la que selló su destino político en un informe de gobierno. Pretendía dar un golpe de autoridad contra una facción de su partido y terminó por acrecentar la división. Sus correligionarios opositores le pasaron la factura en 2012 cuando fue derrotado en las urnas en su intento de regreso al Centro Cívico.

Un Querétaro sin colores. Cliché usado para mostrar que su gobierno será abierto y plural, aunque a final de cuentas, los cargos más importantes de su gobierno sean ocupados por yuppies priistas.

En fin, esta una breve recopilación. Faltan muchas más, pero este es un catálogo básico de lo que no hay que decir en un informe. Por su atención, gracias.


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