Pedir perdón. DE POLíTICA Y COSAS PEORES / Catón
La mujer de Libidiano llegó a su casa y sorprendió a su esposo en lúbrico abrazo de erotismo con la linda criadita Mary Thorn. “¿Qué […]
La mujer de Libidiano llegó a su casa y sorprendió a su esposo en lúbrico abrazo de erotismo con la linda criadita Mary Thorn. “¿Qué es esto?” -le gritó con furor. Al escuchar la voz de su consorte Libidiano fingió la sorpresa de quien sale de una fantasía y entra en la realidad. “¿Dónde estoy? -preguntó con simulado asombro-. ¿Quién me llama? ¡Cielos! ¡Qué veo! ¿No eres tú, esposa mía, la mujer con quien hacía el amor? ¡Oh! ¡Te digo que necesito lentes nuevos!”… Babalucas le contó a un amigo: “Compré una piedra preciosa”.