La compra, la coacción y las encuestas/Día con día/Héctor Aguilar Camín/Milenio
La hipótesis general del “fraude que viene” se ha trasladado de la noción de fraude propiamente dicho —manipulación de las urnas, invención y supresión de […]
La hipótesis general del “fraude que viene” se ha trasladado de la noción de fraude propiamente dicho —manipulación de las urnas, invención y supresión de votos— a la idea de la compra y la coacción de los votantes. No es que vayan a alterar la votación ni a falsificar las actas, sino que se comprarán los votos de ciudadanos dispuestos a venderlos o amenazados con represalias de distinto tipo, como la suspensión de programas gubernamentales para la comunidad. El celular, se dice, será el arma de los compradores y los coaccionadores. El votante deberá fotografiar su voto para probar a quien les paga o los amenaza que votaron en el sentido exigido.