El miedo y el desamparo. Jesús Silva-Herzog Márquez
“Hay cadáveres en las calles. Explota una granada en alguna parte. Un niño muere durante una persecución de militares tras unos halcones. Hay matones detenidos […]
“Hay cadáveres en las calles. Explota una granada en alguna parte. Un niño muere durante una persecución de militares tras unos halcones. Hay matones detenidos y armas decomisadas, olor a carne quemada, a cabellos muertos. La ciudad es como un panteón de almas en pena, una Llorona multiplicada que en realidad no tiene lágrimas porque las desparrama hacia dentro y nadie debe saberlo, porque sobrevivir es rendirse y acostumbrarse al imperio de los cañones de fusiles automáticos…