Astillero. Rebanada que cae. Julio Hernández López
Es meramente anecdótico que a Enrique Peña Nieto se le haya caído una rebanada del pastel que le ofrecieron en Tlapa de Comonfort, Guerrero, para […]
Es meramente anecdótico que a Enrique Peña Nieto se le haya caído una rebanada del pastel que le ofrecieron en Tlapa de Comonfort, Guerrero, para celebrar su cumpleaños 49. Pero, en la construcción de la imagen pública y en momentos de una creciente crisis política y gubernamental, esa pifia intrascendente se suma a la percepción de que en la cúspide del poder mexicano hay una inocultable impericia operativa y que aún en las pequeñas cosas se carece de la habilidad adecuada para llevarlas a buen fin, así fuera este gesto simplemente gastronómico y festivo.