Marzo 27, 2017

La falta de congruencia es un problema serio en los políticos, sobre todo en un ambiente tan volátil como lo es el de México. La confianza de los ciudadanos en la clase política están en duda y las contradicciones no son el mejor argumento para mejorarla.

El gobierno del estado de Querétaro ha trabajado de forma especial durante el primer trimestre de este año en posicionarse a favor de la economía familiar y rechazar cualquier tipo de aumento a la tarifa del transporte público, un servicio concesionado que hoy está en manos de particulares y que tiene a los queretanos ahogados en un sensación de hartazgo.

Este fin de semana, el discurso de Luis Bernardo Nava, jefe de la Oficina del Gobernador, fue mucho más indulgente con los empresarios y ahora dijo que es positivo establecer un mecanismo para que la tarifa incremente poco a poco y que no se ejerza presión sobre la tarifa por el paso del tiempo y se obligue a incrementarla de golpe.

Hace unas semanas, el compromiso era que no se hablaría del incremento de la tarifa hasta que hubieran mejoras en la calidad del servicio, y la verdad es que eso no ha pasado. Es cierto que ya se trabaja en el proyecto, pero aún no hay resultados de nada y el ciudadano perdió la confianza desde el fracaso de RedQ. Ahora se exige ver los resultados de la política que se está implementando.

Abrir la puerta al incremento de la tarifa sin que absolutamente nada haya cambiado en el transporte público revela una preocupante falta de congruencia que podría generar al gobierno estatal un ambiente negativo para la implementación del nuevo sistema. Nadie duda que los insumos se han incrementado y que la tarifa debe actualizarse, pero los concesionarios llevan años sin ofrecerle a los usuarios ningún tipo de incentivo. Es justo pensar que el ciudadano no apoyará una decisión como esas a menos que se note que las cosas mejorado. Y hasta ahora, todo sigue igual.