Abril 10, 2015

Mamba Negra

Las encuestas publicadas por el periódico El Universal sobre la situación electoral en Querétaro, vaya que han levantado revuelo.

Independientemente del empate técnico en que se encuentran Roberto Loyola y Pancho Domínguez,  así como la ventaja de más de diez puntos de Marcos Aguilar sobre el candidato del PRI a la capital, lo relevante es la creencia de dinero del narco en las campañas políticas.

Y es que después de más de cinco años de la búsqueda de Héctor Beltrán Leyva y su arraigo en Juriquilla, así como el sometimiento del templario “Kiki” Plancarte en Colón y diversos capos menores con presencia en nuestro estado, difícilmente puede no suponerse que algunos políticos estén en contubernio con el narcotráfico.

Nauyaca o doble nariz

El pasado martes, Francisco Domínguez relató en un encuentro con jóvenes queretanos, que en sus épocas de líder universitario llegó a sustraer producto de camiones de refresco y cerveza para las fiestas universitarias y que a partir de ahí logró negociar patrocinios y precios preferentes con los distribuidores para las fiestas universitarias.

La anécdota hizo levantar las cejas de más de alguno e incluso sus detractores aprovecharon el desliz para fabricar herramientas útiles en la guerra sucia.

Por el tono en que lo comentó, es probable que Domínguez quisiera emular a Barack Obama cuando éste admitió haber fumado marihuana de joven lo cual, sin duda, proyectó su popularidad.

Lo valioso aquí es saber si el mensaje que el candidato quiso transmitir a la juventud fue asimilado por el electorado o si contrario a esto, la anécdota se salió del guión y le resta puntos en su carrera hacia la gubernatura de Querétaro.

Chirrionera

A Manuel Pozo le ha llovido en su milpita y eso que apenas está empezando la campaña.

Primero en el mercado del Tepetate lo increpan en una gira; luego algunos taxistas comentan que traen “voluntariamente a fuerza” la calcomanía de su campaña en sus unidades.

Y después la reportera de Códice Informativo le pregunta sobre los taxistas y el candidato se enoja, se incomoda y hace rabietas #PozOye.

Hay que recordarle que las campañas son para escuchar a la gente, para hacer propuestas y para mandar mensajes claros. ¡El que se enoja pierde, Manuel!