Violencia, vicio en la voluntad legislativa

México en vilo por lo que sucederá en unas horas en la Cámara de Senadores.

El futuro de la democracia mexicana en manos de 43 senadoras y senadores. De ellos depende la defensa de las instituciones que coadyuvan a tener una mejor vida a la población, para que esta pueda ejercer sus derechos en libertad.

De aprobarse las reformas propuestas por el titular del Poder Ejecutivo, México caería en manos del poder autocrático de la tiranía; terminaría el equilibrio de Poderes públicos que permiten el desarrollo de la sociedad con justicia, gracias a uno de esos Poderes: El Poder Judicial. A quien intentan demoler los otros dos “compañeros”. La soberanía del pueblo de México se ejerce por medio de los tres Poderes, no solo de dos, como lo pretenden el Ejecutivo y el Legislativo.

Los 43 senadores han sido amenazados para que voten en favor de la destructiva iniciativa por medio de la cual intentarían instaurar un régimen autoritario, una dictadura al crear un Poder Judicial de risa, sujeto a la voluntad de los otros dos Poderes, así como de poderes fácticos o de naturaleza delictiva ¿Por qué la afirmación? Muy simple, la supuesta “mayoría legislativa”, pretende, por medio de las reformas, despedir a los miles de empleados con carrera judicial para reemplazarlos por bufones del Derecho, quienes competirían en un sucio juego de “tómbola” para acceder a los cargos vacantes; los pretensos, de la nada se incorporarían como jueces, magistrados y ministros. Casi 2 mil empleados en la búsqueda de ganar por medio de sorteo cargos públicos de alta responsabilidad. Quieren la destrucción del sistema judicial de un solo plumazo legislativo.

Los votos suplen los razonamientos ¿A cualquier costo?

Una aberración. Y todo por la supuesta justificación de la mayoría legislativa de acercar los cargos de la impartición de justicia al perverso juego de la democracia. No. La justicia no debe participar en elecciones, la supuesta popularidad de los candidatos no debe ser el eje principal para decidir quién sí y quién no debe vestir la “toga y birrete” que denostara Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de diputados delincuentes morenistas.

Como los oficialistas no tiene los votos necesarios en el Senado de la República, estos y la delincuencia organizada, han amenazado a los 43 senadores; literalmente víctimas de amenazas -delito- para que respalden, en contra de su voluntad, la minuta proyecto de derecho que les envió la Cámara de Diputados, la iniciativa de AMLO.

Estamos en presencia de varios delitos y las autoridades de la procuración de justicia y las de seguridad pública federal, permanecen en la total irresponsabilidad, no se les ocurre actuar de oficio e investigar a los autores de los ilícitos de las amenazas.

Muchos medios de comunicación felices acusando a más de algún senador de traidor. También lanzan a las llamaradas a los senadores, los tiran a las jaurías rabiosas que los amenazan. Coadyuvan con la delincuencia oficial para doblegar, al menos, a un senador para que alcancen las 2/3as partes de los votos y lograr la aprobación de la iniciativa. No les importa que los votos senatoriales tengan vicios en la voluntad.

Cualquier vicio de la voluntad se considera violencia o dolo en el consentimiento que lleva a la invalidez del acto; en este caso consiste en la facultad de votar. Cualquier voto obtenido por medio de la violencia es producto de un delito.

Estamos en presencia abierta de actos ilícitos, la flagrancia los acompaña. En cualquier materia del Derecho, los vicios de la voluntad generan la nulidad del acto jurídico ¿Por qué en materia legislativa no hay consecuencia alguna frente a un público y evidente acto delictivo?

El voto senatorial tiene precio para los oficialistas.

Las amenazas se hacen presentes; la delincuencia organizada también interviene para doblar a cualquier senador o senadora de la República, lo han denunciado a los medios de comunicación. ¿Acaso no hicieron eso con la y el senador del PRD, obligándolos a sumarse a la bancada oficial? Amenazas y traiciones en la vida pública.

Inconcebible que la delincuencia opere en el Senado de la República y no haya autoridad que la contenga. No solo es aberrante el contenido de las reformas a la Constitución, es de demencia absoluta que, públicamente se dé a conocer que, para conseguir votos se amenace a los legisladores y no exista autoridad que imponga el Estado de derecho.

Bueno, así como se presiona a las senadoras y senadores, el día de mañana podrán ser amenazadas más personas para que la delincuencia obtenga más beneficios de los que ya tiene en el gobierno de la transformación, sí, pero conseguirán “legalmente” lo que quiera, los vicios de la voluntad no importarán en el régimen fascista y autoritario que intentan imponer los pseudo socialistas que viven gozan como capitalistas.

Es otra cínica característica que distingue a los traidores a la patria que pretenden apoderarse de los derechos y libertades del desgastado “pueblo”, por medio de la actividad delictiva. Legalización institucionalizada de la violencia para conseguir lo que deseen. Y todo esto sucede en el Senado de la República.