Vehículos autónomos
En la actualidad, la tecnología que nos permite avanzar en el desarrollo de vehículos autónomos se encuentra en pleno apogeo y, con ello, múltiples centros […]
En la actualidad, la tecnología que nos permite avanzar en el desarrollo de vehículos autónomos se encuentra en pleno apogeo y, con ello, múltiples centros de investigación y empresas a nivel mundial se encuentran realizando esfuerzos sostenidos para lograrlo, trabajando tanto en vehículos de investigación como comerciales. Algunos ejemplos son: Google, Tesla, Volvo, VW, Ford y varias universidades en diferentes países, incluido el Tecnológico de Monterrey.
Algunos de los objetivos principales son: reducir la cantidad y la gravedad de los accidentes, aumentar la movilidad de las personas con capacidades especiales y personas de la tercera edad, reducir las emisiones contaminantes y utilizar la infraestructura vial de las ciudades de manera más eficiente.
De acuerdo con una encuesta estadística desarrollada por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA), una agencia del gobierno federal de los Estados Unidos (parte del Departamento de Transporte), los errores humanos relacionados con distracciones, fatiga y conducción emocional causan aproximadamente el 94% de los accidentes. Es interesante este último factor, la denominada conducción emocional, que se refiere al efecto negativo que generan nuestras emociones en la conducción y que impactan directamente en nuestra seguridad. Se ha demostrado que, bajo ciertas condiciones, un estado de ánimo agresivo se puede transferir a nuestra forma de conducir y este factor es uno de los mayores problemas de la seguridad vial.
La Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE), una sociedad global de profesionales de la movilidad que promueve el desarrollo de soluciones seguras, limpias y accesibles, ha establecido un estándar internacional (SAE J3016) para definir los niveles de autonomía en un vehículo, desde el Nivel 0 (no hay automatización, el conductor humano tiene el control total del vehículo) hasta el Nivel 5 (el vehículo se conduce completamente por sí mismo). En este sentido, nuestro objetivo es llegar a un nivel 5 de conducción totalmente autónoma.
Por ahora, existen vehículos comerciales con un nivel de autonomía 1, 2 y 3, accesibles para el público, y se está desarrollando investigación para llegar a los niveles más altos. No obstante, una de las principales limitantes para avanzar en este sentido en los vehículos comerciales es el alto costo de la tecnología requerida, además de garantizar la confiabilidad de esta. Las características autónomas en estos vehículos generalmente son: frenado de emergencia, detección de puntos ciegos y/o detección de carril y mantenimiento dentro del mismo. No obstante, las funciones autónomas de nivel 3 están presentes solamente en algunos pocos modelos de Tesla, pero los accidentes suscitados recientemente han despertado preocupaciones en nuestra sociedad. Algunas encuestas aplicadas en España, por ejemplo, indican que el 33% de los encuestados consideran que los vehículos autónomos no son seguros.
Existe, sin duda, además del reto tecnológico implícito para llegar a un nivel 5 de autonomía, tres grandes retos de suma importancia: 1. Que la tecnología sea comercialmente accesible por su costo. 2. La legislación en torno al tema que establezca un marco de regulación y 3. Lograr que la sociedad acepte y confié en esta tecnología con la que, en determinado momento, conviviría cotidianamente.
¿Qué piensa usted, veremos en nuestro día a día vehículos con nivel de autonomía total en nuestras ciudades en un futuro?
M. en C. Miguel Ángel García Ruiz
Director Asociado del Departamento Regional de Mecatrónica
Campus Querétaro
Región Centro Sur
TECNOLÓGICO DE MONTERREY
garcia.ruiz.miguel@tec.mx