Terremotos SI, inundaciones NO.

Con la alta frecuencia de terremotos y movimientos telúricos en nuestro país, la sociedad aprendió a responder frente a este tipo de incidentes. La campaña de “No corro, no grito, no empujo” marcó a una generación que reprodujo estos saberes que hasta el día de hoy.

En los últimos años, con las experiencias más recientes, la incursión de recursos digitales, el manejo de mapeos para ubicar los lugares críticos, la señalética desarrollada en la gestión de los rescates de edificios y la capacidad autoorganizativa de la sociedad civil, ha permiten que hoy se cuente con una cultura de respuesta sísmica bastante desarrollada. Pero ¿qué pasa con el creciente registro de inundaciones y deslaves?

Según el reporte de Panorama de los desastres en América Latina y el Caribe, 2000-2022, en los últimos 23 años, se han producido 681 grandes inundaciones, frente a 92 terremotos fuertes, mismo que afectaron a diversas poblaciones a lo largo del continente.

Desafortunadamente, esta cifra seguirá registrando incrementos significativos en zonas poco acostumbradas a vivir este tipo de situaciones de la que hemos recibido muy poca o nula información. No estamos preparados.

Si se piensa en el índice de personas que saben nadar en México y América Latina, nos encontramos con un 60% de población infantil que no sabe nadar, y la población adulta supera este porcentaje. Vivimos en una sociedad que no está preparada para enfrentar casos de riesgo y crisis relacionadas con el flujo de agua. Más allá del recurso básico de sobrevivencia como lo es el saber nadar, tampoco se conocen las normas básicas para evitar las zonas de riesgo. ¿Cuándo y cómo actuar en inundaciones? es una tarea pendiente que se tiene como sociedad.

Las escuelas, familias e instituciones oficiales, tienen una gran oportunidad para trabajar en forma conjunta en campañas de prevención y gestión del riesgo en situaciones de inundaciones. Al igual que en el pasado aprendimos a reaccionar ante los terremotos, ha llegado el momento de tomarnos en serio el tema de las inundaciones. No hay que esperar que las lluvias se sigan llevando vidas, estamos en el momento oportuno de aprender y educar sobre el manejo de estos fenómenos.

Dra. Judith Cortés Vásquez