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Revisemos nuestra lista de propósitos de año nuevo

Por Paulina Fol - 07/01/2023

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

Primer mes del año y sentimos que hemos cerrado un ciclo y dejado atrás un año de buenas y malas experiencias, de aprendizaje, de errores, […]

 Revisemos nuestra lista de propósitos de año nuevo

Primer mes del año y sentimos que hemos cerrado un ciclo y dejado atrás un año de buenas y malas experiencias, de aprendizaje, de errores, de personas que llegaron y se fueron. Nuevo año, nuevos comienzos, nuevos propósitos y oportunidades. Un nuevo año que inevitablemente estará plasmado por constantes cambios en nuestras vidas. Parecen ser frases muy trilladas, pero pocas veces interiorizadas.

Doce uvas, doce deseos: hacer ejercicio, bajar de peso, comenzar a invertir, viajar, dejar de fumar, ahorrar, comprar una casa, nuevos hobbies, dejar de procrastinar, cambiar de trabajo, dejar de gastar tanto, hacer dieta.

¿Qué les parece si revisamos nuevamente nuestra lista de propósitos y este nuevo año lo iniciamos tratando de dar un significado distinto a nuestras vidas, utilizando recursos inagotables como el amor y la generosidad? Propongámonos construir proyectos personales sanos, positivos y solidarios. Y entonces nos preguntamos ¿cómo lo lograremos?

Tenemos que comenzar por reconocernos, es decir, volver a conocernos, pues sin darnos cuenta cada ser humano nos hemos vuelto presa de una dinámica marcada por creencias adquiridas a lo largo de nuestras vidas, sobre todo en la infancia, que hace que nos vayamos convirtiendo en extraños para nosotros mismos. Hay quien dice que no vivimos a la altura de nuestras capacidades, sino a la altura de nuestras creencias y son éstas las que nos hacen verdaderos maestros de la limitación. Por ello, la invitación es a cuestionar nuestras creencias para poder desplegar al máximo nuestro potencial y desaprender los pensamientos que nos tienen presos de nuestras inseguridades.

Eric Berne, creador de la teoría del Análisis Transaccional, manifiesta que el problema aparece cuando el niño interior queda completamente eclipsado y ahogado, y acaba por no saber cuál es su deseo, acatando y haciendo suyo el que en realidad es el deseo del otro. De igual manera, la escritora Lise Bourbeau asegura que existe una etapa en la infancia en la que si nos atrevemos a ser nosotros mismos creemos que alteramos el mundo de las personas a nuestro alrededor y el niño se resigna y termina por crearse una nueva personalidad para transformarse en lo que los demás quieren que sea.

Así que, pensemos en cómo transformarnos, mejorarnos y regresar a nosotros, puesto que tenemos el poder y la responsabilidad de hacerlo y la capacidad de movernos de lugar. Propongámonos VIVIR y no únicamente existir. Pues existir es una inercia, vivir es un aprendizaje, es voluntad de querer avanzar, de querer comprender, evolucionar y contribuir. Hagamos nuestro trabajo psicológico y espiritual, ya que únicamente desde ahí se nos irán abriendo puertas de posibilidades que nos mostrarán que, si nosotros cambiamos, todo alrededor cambia.

Sin embargo, en el fondo cuando nos enfrentamos a cambios en nuestras vidas tenemos miedo. Tenemos miedo a nuestros deseos y pasiones, miedo a confrontarnos con nosotros mismos y a nuestras heridas, miedo a mostrar nuestras debilidades y dejar salir nuestras habilidades, miedo a tomar decisiones y dejar entrar y salir a personas de nuestras vidas. Hace falta valor para diseñar la vida que queremos.

Iniciamos el año con gran entusiasmo con el propósito de cumplir las metas planteadas durante el año, y en el camino al no lograr algunas de ellas comienza el desánimo y la frustración al no poder alcanzarlas. Invertimos la mayor parte de nuestra energía física y mental en gestionar metas y objetivos profesionales y materiales. Pero para abrir nuevas puertas y una nueva etapa en nuestras vidas es necesario comenzar dando pasos pequeños e invertir tiempo en nosotros mismos.

Se dice que la mayoría de nuestros propósitos no se llevan a cabo por dos motivos: o bien no existe un deseo profundo de cambio y nos genera miedo el hacerlo, o bien no entendemos por qué queremos cambiar. De tal manera que nos enfocamos únicamente en lo externo y dejamos de lado la mirada que tenemos que llevar hacia el interior. Susan Jeffers en su libro “Aunque tenga miedo hagalo igual” señala que, siempre que nos colocamos en el mundo en una forma nueva, experimentamos miedo y frecuentemente ese miedo impide que progresemos en nuestras vidas. El secreto entonces consiste en sentir el miedo y de todos modos hacerlo: reconocernos, confrontarnos, reconfigurar nuestras creencias y volver a nosotros.

Paulina Fol

Licenciada en Contaduría por la Universidad Latinoamericana y egresada de estudios de Derecho del ITAM. Sin embargo, desde hace tres años me describo como una buscadora incansable de la paz interior y la salud mental, emocional y espiritual; a través de la formación y entrenamiento en estudios de Desarrollo Humano, Autoconocimiento, Mindfulness, Angeloterapia y diversas disciplinas relacionadas con el crecimiento personal.


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