Puesto; Santiago Nieto por Morena. ¿También Gilberto Herrera o Ricardo Astudillo?

La paciencia, en política, es una virtud indispensable.

Los acelerados nunca llegan lejos.

Los que sí llegan, han derribado toda clase de obstáculos; derribado estructuras mentales anquilosadas y despiertan la conciencia del ciudadano para convertirse en un auténtico líder.

No hace mucho – unos tres meses – coincidí con el Dr. Santiago Nieto en una comida; me tocó, pues, estar hombro con hombre con él.

Y me animé a preguntarle:

¿Buscará doctor en el 27, la gubernatura de Querétaro?

Voltea, sin prisas, y se me queda viendo. Su respuesta, que no la esperaba, al menos así como la dijo, fue ciento por ciento política.

“Mira – dijo – yo creo que falta todavía mucho, pero considero que llegará quién en ese momento esté mejor posesionado”.

La pregunta, en estos momentos, sigue siendo valedera.

En Morena – considero – en este momento nadie está mejor posicionado que el doctor Santiago Nieto.

Y si bien se han mencionado otros nombres, entre ellos el del Dr. Gilberto Herrera, senador en funciones y diputado federal electo, considero que está a años luz de distancia del doctor Santiago para la gubernatura.

Ahora mismo, cuando está en juego la Fiscalía para Querétaro, por un trascendido político, nos llegó que “el sanjuanense daba a la perfección el perfil para ese cargo” y que, inclusive, se lo ofrecieron.

Por supuesto que da el perfil. Y… ¿Cuál no?

La respuesta, también en trascendido, es que agradeció la invitación, pero que si aceptaba, sería borrar toda aspiración a la gubernatura.

No recuerdo, en el discurrir de los candidatos, a otra persona con tanta aprobación entre los morenistas para la gubernatura.

Ellos, los morenistas, sienten orgullo por su figura, por lo punzante que suele ser, por la madurez y sensatez de sus juicios.

A Gilberto se le chispotean las acciones. Y, en su afán por figurar, suele dar bandazos de los que luego se arrepiente.

El sistema mismo al que pertenece, lo ha convertido en un claustro de vicios que suele exponerlo con mucha evidencia. Es un hombre de impulsos, no de razonamientos.

Pero sus cercanos lo aceleran.

Esto pone en evidencia que es un científico con vocación de maestro metido a político. El terreno entre estas dos acepciones es sumamente distinto.

Hay otro nombre que, por el liderazgo en su partido, el Verde, también está repuntando. Se ganó a pulso la diputación federal que ahora tiene.

¿Qué le falta a Ricardo Astudillo? Tal vez experiencia y caminar con decisión hacia un fin: La gubernatura. Y no solamente darlo a entender, sino manifestarse públicamente, tomar la bandera de líder que tiene en su partido y entusiasmar a propios y extraños en este proyecto.

El 2027 parece lejos, pero el tiempo pasa volando.

Este Querétaro está cambiando, también políticamente, de una manera acelerada.

Esperemos a ver qué pasa.