Por qué voy a votar en la elección judicial

En vez de recurrir al voto electrónico en algunas ciudades y con ello incentivar la participación y generar ahorros financieros como ocurrió en 2024, utilizaremos el modelo tradicional de urnas, listas, casillas y boletas, el cual sencillamente no está diseñado para una elección con tantos participantes

Me desilusiona la próxima elección judicial por tres razones: Primera, su organización y resultados distará de los niveles de eficacia y certeza que distinguen al INE y que se habían incrementado progresivamente desde el año 2000. En vez de recurrir al voto electrónico en algunas ciudades y con ello incentivar la participación y generar ahorros financieros como ocurrió en 2024, utilizaremos el modelo tradicional de urnas, listas, casillas y boletas, el cual sencillamente no está diseñado para una elección con tantos participantes. Prueba de ello es el complejísimo modelo de las 6 boletas electorales a utilizar.
Segunda, la reducida e inequitativa difusión de las candidaturas, pues existen pocos medios fiables para revisar los perfiles de quienes aspiran a dirigir todos los juzgados y tribunales federales de nuestro país. Así, será muy difícil informarnos a profundidad sobre los méritos y deficiencias de las 64 personas registradas en el portal “Conóceles” del mismo INE (https://candidaturaspoderjudicial.ine.mx/) y que aspiran a ser ministras o ministros de la Suprema Corte.
Y tercera, hay una clara identificación de algunas candidaturas con la Presidencia de la República y el partido mayoritario en el Congreso Federal. Esa cercanía favorece a los gobiernos, pero nos preocupa a quienes buscamos como principal rasgo de cualquier juez su imparcialidad.
¿Por qué entonces votar? También tres razones: Primera, quienes acudamos tendremos más elementos para exigir una contrarreforma que garantice una elección adecuada y conduzca a seleccionar personas idóneas para encabezar el poder judicial. Ninguno está exento de ser perjudicado por una autoridad prepotente o corrupta y de necesitar la intervención de una jueza o un juez capaz, autónomo e independiente que corrija la situación mediante la impartición de justicia.
Segunda, es la única vía para apoyar a las abogadas y los abogados que además de poseer un sólido conocimiento técnico del Derecho demuestren un compromiso con la defensa de los derechos del pueblo, comprendiendo a este como la suma de las personas mexicanas y no como un grupo identificado o identificable con un dirigente o una fuerza política específica.
El Poder Judicial es por naturaleza un contrapeso del Ejecutivo y Legislativo a los que debe vigilar para, en caso de ser necesario, anular sus actos, decretos y leyes que contradigan la Constitución. Cuando lo hace, la sentencia que emite nos beneficia a todos porque restaura el orden violado y corrige el mal uso del poder.
Y tercera, la posible votación forzada de ciertos sectores solo podrá enfrentarse con el voto de quien asista libremente y, aunque en forma muy imperfecta y pese a las deficiencias, se decida a participar. El sistema electoral solamente mejora si la ciudadanía se lo demanda.
Dr. Athos David Cuevas Campillo
Profesor de Tiempo Completo del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Querétaro